“Lo que el viento se llevó” y la corrección política

CINEBUTACA

EDUARDO MARÍN CONDE
EDUARDO MARÍN CONDE
Por:
  • Eduardo Marín Conde

Gran revuelo causó la decisión de HBO, tras la presión de diversas voces en la industria del cine, de retirar de su catálogo el clásico de clásicos “Lo que el viento se llevó”. Antes de volverlo a poner en su plataforma digital, le anexará una advertencia sobre su visión “racista” y una disertación de analistas sobre su contenido. El hecho marca un precedente de censura sobre grandes filmes, como ya se había hecho en caricaturas de TV y en películas de animación. Censura no significa necesariamente prohibición o mutilación, sino una reprobación de su historia.

No nos engañemos: es lamentable tratar de juzgar el pasado bajo las perspectivas del presente. Los sucesos de la historia deben ser analizados a través de la óptica de sus propias circunstancias. Estamos frente a la dictadura de la corrección política que pretende imponer criterios de superioridad ética, lo que resulta claramente intolerante.

Por supuesto que todas las películas deben ser analizadas en su contexto. Pero imponer etiquetas de advertencia, como si fueran de cajetillas de cigarrillos, es tratar al espectador como un menor de edad, incapaz de reflexionar por sí mismo y que requiere un guía que le indique el camino correcto. Es pretender que las películas novelas, pinturas y muchas otras obras artísticas sean sujetas a la aprobación moral de quienes buscan lavar sus conciencias y sentir que contribuyen a luchar contra el racismo, mientras la brutalidad policiaca en contra de la comunidad negra y otras minorías continúa en muchas ciudades de Estados Unidos.

Acusar de racismo a “Lo que el viento se llevó”, de 1939, es simplista y manipulador. Aquí hemos comentado que la película ofrece una visión maniquea de la Guerra Civil, pero la diferencia que marca es entre los abolicionistas del Norte y los separatistas del Sur. Su retrato del sur es idealizado, donde los sirvientes negros viven contentos y felices, como si el esclavismo no existiera.

Pero es diferente a “El nacimiento de una nación”, el filme, ahora satanizado, con el que David Griffith creó el lenguaje cinematográfico en 1914 y que sí justifica abiertamente el surgimiento del Ku Klux Klan. “Lo que el viento se llevó” es una monumental épica cinematográfica. Pero, sobre todo, es una intensa, cautivadora historia de pasión y amor.

La película significó el primer Oscar a un actor de raza negra: Hattie McDaniel como Mejor Actriz de Reparto, por su papel de Mammy, personaje que adora a sus patrones, la familia O’Hara. Se ha criticado que McDaniel fue estereotipada en papeles de servidumbre, lo que sin duda obedecía a una realidad social, donde la comunidad negra sufría exclusión y violencia y su sobrevivencia era un reto. Pero como la propia Hattie McDaniel comentó: “Prefiero interpretar a una sirvienta y ganar 10 mil dólares por ello, a ser una sirvienta en la vida real con un salario de 75 dólares al mes, trabajando 12 horas diarias”.