Gabriel Morales Sod

¿Quién ganará la guerra entre Ucrania y Rusia?

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Gabriel Morales Sod
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En un conflicto armado, y en particular en un enfrentamiento militar clásico entre dos ejércitos, hay distintos factores que determinan quién será el vencedor. El tamaño de los ejércitos, y el tipo de armamento, la moral de los soldados, la calidad de la inteligencia y la propaganda desempeñan sin duda un papel esencial en el resultado de la guerra.

Sin embargo, quizás el factor más determinante, en particular en conflictos prolongados y directos, es la capacidad industrial de cada país para reabastecer su armamento. Cuando los tanques rusos cruzaron la frontera de Ucrania en febrero de este año pocos imaginaron que serían incapaces de conquistar el territorio ucraniano y que el ejército defensor saldría victorioso en una contraofensiva que, hasta el momento, ha expulsado a los rusos de una parte significativa del territorio ucraniano tanto en el noreste como en el sur del país.

Rusia, a pesar de los esfuerzos del ejército ucraniano para agrandar sus fuerzas después de la ocupación de Crimea en 2014, comenzó la guerra en una posición de superioridad militar, tanto en términos de efectivos como de armamento. Esta aura de invencibilidad fue precisamente el motivo por el que el Kremlin tomó la decisión de comenzar una guerra cuyo objetivo parecía prácticamente imposible. La guerra de Irak puede servir como ejemplo. Veinticinco naciones, incluyendo al ejército más poderoso del mundo, decidieron ocupar Irak. Aunque durante los primeros meses su campaña fue exitosa, paulatinamente la ocupación se convirtió en un desastre. Rusia, sin aliados militares y con una industria mucho más débil que la de Occidente, decidió intentar ocupar el país más grande de Europa, con una población de 40 millones de personas, de las cuales 70 por ciento habita en comunidades urbanas prácticamente imposibles de conquistar.

La superioridad inicial de Rusia le permitió acercarse a Kiev rápidamente. Sin embargo, conforme pasan los meses, la guerra ha dejado en claro la debilidad no sólo del ejército ruso, sino de su industria armamentista. Durante la Segunda Guerra Mundial fue precisamente esta industria la que le permitió a la Unión Soviética derrotar al ejército nazi, rebasando la capacidad alemana en la producción de armamento. En la guerra de Ucrania parece que lo opuesto podría pasar.

A pesar de que Occidente ha evitado a toda costa participar directamente en la guerra, Estados Unidos, la OTAN, y los países del expacto de Varsovia han hecho esfuerzos sin precedentes para superar, rápidamente, la capacidad de producción de armamento en Rusia. Además de que las sanciones occidentales han dañado fuertemente la capacidad de los rusos para producir armamento, obligándolos a buscar armas en países como Irán y Corea del Norte. Si la industria armamentista rusa, corrupta y oligopólica, ha logrado seguir en pie es por los enormes ingresos que el país recibe de la venta de energéticos, aún después de las sanciones. Sin embargo, si los rusos no logran romper la voluntad de Occidente, en el mediano plazo la industria rusa no podrá aguantar el ritmo. El Kremlin está consciente de este problema y, por lo tanto, en los próximos meses, ya sea destruyendo la infraestructura energética ucraniana, matando a miles de hambre y frío o haciendo pagar a Europa un alto costo por medio de la manipulación energética, tratará de resquebrajar el apoyo occidental a Ucrania, y sólo así podrá Rusia salir vencedor.