Gabriel Morales Sod

Trump sobre Netanyahu: fuck him

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Gabriel Morales Sod 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En una entrevista en abril que salió a la luz la semana pasada en el nuevo libro de Barak Ravid, periodista israelí del medio estadounidense Axios, el expresidente Trump habló públicamente contra el ex primer ministro Netanyahu: “Desde la elección (de Estados Unidos) no he hablado con él, fuck him”. La noticia creó olas alrededor del mundo. El enojo de Trump se debe a un video que publicó Netanyahu dos días después de la elección felicitando al presidente Biden por su victoria. Aunque Bibi tardó más de dos semanas en marcarle al presidente Biden, para Trump, obsesionado cada vez más con su derrota y tratando de promover su narrativa de fraude electoral como base para una posible campaña en 2024, esto representó una profunda traición.

Sin embargo, Ravid, quizás el mejor periodista en asuntos internacionales en Israel, reveló que, en realidad, la fractura entre Trump y Netanyahu tiene raíces mucho más profundas. El norteamericano retrató una relación de desconfianza a raíz de la reacción de Netanyahu al plan de paz de la Casa Blanca. La administración Trump publicó su plan de paz, que favorecía a Israel mucho más que cualquiera de las propuestas anteriores, con el objetivo de poner las bases para un posible acuerdo después de su reelección. No obstante, los estadounidenses pronto se dieron cuenta, como dijo Trump en la entrevista, que Netanyahu nunca tuvo intenciones serias de negociar un tratado. Después de la revelación del plan en la Casa Blanca, Netanyahu, en medio de una campaña electoral, utilizó el proyecto de tratado para avanzar la anexión de los asentamientos israelíes en Cisjordania, aunque sin otorgar ninguna concesión a los palestinos. Su objetivo: mostrarse como el líder de la derecha y vencer en las elecciones.

Washington reaccionó con furia ante lo que, justamente, vieron como un abuso de la confianza lo que era un apoyo del presidente Trump a Netanyahu. En su libro, Ravid relata el que fuera quizás el momento más bajo de la relación. En una reunión en la Casa Blanca, después de que Estados Unidos obligó a Netanyahu a retractarse de la anexión, Jared Kushner, el yerno del presidente, terminó corriendo del cuarto donde estaban al entonces embajador de Israel, después de que éste le dijera que Netanyahu había perdido la confianza en Trump. Todas estas revelaciones rompen uno de los mitos y cartas políticas principales del ex primer ministro de Israel: su amistad con Trump y el argumento que esgrimía de ser el mejor capacitado para lidiar con los líderes del mundo. Netanyahu, quien ahogado por sus juicios de corrupción busca desesperadamente llevar al país a nuevas elecciones, no pudo más que guardar silencio ante las revelaciones.