Por el bien de todos, primero los pobres

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod
Gabriel Morales SodLa Razón de México
Por:

Atan sólo siete semanas de haberse convertido en presidente de Estados Unidos, Joe Biden promulgará, el día de hoy, el paquete de estímulo económico más grande de la historia. Sin embargo, a pesar de que la aprobación del paquete es un logro en sí mismo, el estímulo representa un parteaguas histórico en la política económica de Estados Unidos, pues rompe con el paradigma que, hasta el momento, había puesto a las grandes empresas y a los millonarios en el centro.

En su lugar, el paquete propone una serie de leyes que favorecerán a las clases populares de Estados Unidos. El estímulo no sólo otorgará fondos para los estados y el sistema de educación, cheques de $1,400 dólares para los ciudadanos y extensión del seguro de desempleo de miles de desempleados hasta septiembre, sino que propone la que quizás sea la política más agresiva del gobierno en contra de la pobreza en décadas.

Escondida entre cientos de regulaciones, se encuentra una reforma al sistema de impuestos que, en la práctica, otorgará, por lo menos por un año, transferencias directas a 61 millones de niños en el país. Esta política, de convertirse en ley después de este primer año, de acuerdo con distintos análisis, sacará a millones de la pobreza. Con este paquete el presidente está siendo fiel a su promesa no sólo de proveer el estímulo que el país necesita con urgencia, y de fondos para vacunar al país entero, sino también de comenzar a cerrar la deuda histórica con la población afroamericana y latina en el país, quienes se verán desproporcionadamente beneficiados por esta ley.

Para muchos, la promulgación llegó por sorpresa. Por décadas como senador y, más recientemente como vicepresidente de Obama, Biden votó a favor de recortes de impuestos y de la reducción del sistema de bienestar. Sin embargo, las fallas del paquete económico que él y Obama promulgaran para sacar al país de la crisis de 2009, y que muchos argumentan puso las bases para la victoria de Trump, lo transformaron. El presidente y sus asesores económicos saben que poner a los pobres en el centro de su agenda no sólo será rentable políticamente, sino la política económica más efectiva para recuperar el país y comenzar a cerrar la enorme brecha social que en los últimos años ha crecido exponencialmente.

El camino no ha sido fácil. Los demócratas controlan el Senado por la más corta de las mayorías y el presidente, junto con el líder del Senado, tuvo que ceder en algunos de los puntos más progresistas del paquete, entre ellos la promulgación de un salario mínimo nacional de 15 dólares la hora, para que Joe Manchin, el senador demócrata más conservador en el partido, aprobara el paquete. Mientras los demócratas no tomen un control más holgado del Senado, este patrón seguirá repitiéndose. No obstante, Biden mostró sus capacidades de negociación y, mayormente, su voluntad para cambiar el paradigma económico en el país, poniendo a las clases bajas en el centro por primera vez en años.