Un callejón oscuro en Ramat Gan

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod
Gabriel Morales SodLa Razón de México
Por:

En la ciudad de Ramat Gan, parte del área metropolitana de la ciudad de Tel Aviv, en una zona residencial de clase trabajadora, se encuentra una pequeña calle sin salida con el nombre de un personaje peculiar. Los vecinos no saben de quién se trata, piensan que, como muchas otras calles en el área, es tal vez una figura histórica remota de Israel. Sin embargo, esta semana algunos se enteraron ya que la calle, Andrés Roemer, se nombró así en honor a un hombre del lejano México que tiene, hasta el momento, 19 acusaciones públicas, y ya varias denuncias, por acoso y abuso sexual. En el 2016, Carmel Shama, alcalde de la ciudad, cambió el nombre de esta calle, en presencia de Roemer, como agradecimiento al apoyo de Roemer en la UNESCO al Estado de Israel.

Uno de los asistentes a la ceremonia, con el que conversé esta semana, recordó el evento como un espectáculo político para fortalecer la figura del alcalde en el país. Carmel Shama, quien creció en el Likud de Netanyahu, se ha convertido en una figura popular entre los electores de centro izquierda y centro derecha del país. Como alcalde de Ramat Gan, cuya población es en su mayoría secular, se ha convertido en uno de los defensores más grandes del público secular en Israel, rompiendo con el paradigma ortodoxo y estableciendo un servicio de transporte público durante el Shabbat (día de descanso en la religión judía) y mostrando su apoyo a la comunidad LGBT. Si el escándalo llega a convertirse en noticia nacional, el funcionario tendrá que actuar rápidamente, pues una respuesta lenta a un asunto de esta índole puede poner en peligro su figura como un defensor del liberalismo israelí.

Uno de los miembros del Congreso local de Ramat Gan me dijo hace un par de días que la noticia no tardó en llegar al alcalde y que ya varios miembros del Congreso local le han pedido revocar el nombre de la calle. En los últimos años, la nomenclatura vial y de instituciones alrededor del mundo se ha convertido en un tema controvertido. Grupos de activistas han demandado quitarle el honor a muchos hombres muertos que, a pesar de, por ejemplo, haber tenido esclavos, fueron consagrados en la memoria histórica. En este caso, sin embargo, tanto el perpetrador como las sobrevivientes aún viven. El alcalde de Ramat Gan, más allá de sus razones políticas, debe cambiar el nombre de esta calle como muestra de respeto a los habitantes de la ciudad y también a las mujeres que sufrieron a manos de este hombre. Un individuo que comete este tipo de abusos no tiene lugar en la memoria histórica.