La vicepresidenta

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod
Gabriel Morales Sod
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Con las elecciones de noviembre en Estados Unidos a la vuelta de la esquina, ha llegado el momento de Joe Biden, candidato demócrata a la presidencia, de elegir a su compañera de fórmula para la vicepresidencia del país. Para el Partido Demócrata quedó claro, desde el inicio de la contienda, que alguno de los dos candidatos en el ticket tendría que ser mujer; no sólo porque el liderazgo del partido, particularmente después de la derrota de Hillary Clinton, busca corregir una aberración histórica, sino porque estratégicamente parece ser la decisión correcta.

La desigualdad entre hombres y mujeres se ha convertido en uno de los temas centrales de la política estadounidense y, de acuerdo con datos de una reciente encuesta del New York Times, Biden tiene una ventaja de 22 puntos sobre Trump entre el electorado femenino. Cuatro son las cosas que el equipo de Biden busca en la futura candidata: 1) un pasado limpio de escándalos 2) una mujer que pueda establecer una relación de cooperación íntima con Biden en caso de ganar la presidencia 3) que tenga la experiencia y conocimiento para ocupar la presidencia en caso de que él (de 77 años) tenga que dejar el cargo y 4) una candidata que pueda traer votos al partido. Este último punto, no obstante, es difícil de definir.

Tradicionalmente, los candidatos a la vicepresidencia han tenido poca influencia en los resultados electorales ¿es posible elegir a una mujer que, a diferencia de Tim Kaine, el candidato de Clinton, pueda emocionar a cierto sector del electorado? Con base en estos criterios, se rumora que Biden ha pensado en cuatro finalistas. Tres de ellas, quizá por el momento crítico de las relaciones raciales en el país, son afroamericanas: Kamala Harris (senadora y candidata a la presidencia); Susan Rice (embajadora de Obama en Naciones Unidas) y Keisha Lance Bottoms (alcaldesa de Atlanta). Además de ellas entre las finalistas se encuentra Elizabeth Warren, senadora y excandidata a la presidencia.

Es posible que haya otras mujeres con posibilidades, pero estas cuatro parecen ser las opciones más viables. Cada una de ellas tiene ventajas y desventajas. Harris es muy conocida en el país y parecería inteligente elegir a una mujer afroamericana en estos momentos; no obstante, su pasado como fiscal de mano dura le impidió durante su campaña atraer al electorado afrodescendiente, así que no parece ser un gran activo electoral.

Rice tiene la experiencia y el reconocimiento necesarios para el puesto; sin embargo, nunca ha sido candidata a un cargo público y el equipo de Biden sabe que la curva de aprendizaje puede dañar al partido durante la campaña. Lance Bottoms ha adquirido relevancia por su papel en las recientes manifestaciones; sin embargo, no parece tener la experiencia necesaria para el cargo.

Por último, Elizabeth Warren tiene grandes ventajas: es excelente en los debates, sabe hacer campaña y tiene una base fuerte de seguidores que adquirió durante la contienda electoral de su partido, además de que puede emocionar al electorado progresista; sin embargo, parece estar demasiado a la izquierda de Biden y es improbable que se pliegue a sus políticas más moderadas si obtiene el cargo.

Mi pronóstico es Kamala Harris, no un gran activo electoral, pero sí una apuesta más segura entre las candidatas.