Guillermo Hurtado

¿Debemos seguir usando cubrebocas?

TEATRO DE SOMBRAS

Guillermo Hurtado*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Guillermo Hurtado
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Para responder a la pregunta que encabeza este artículo, tenemos que esclarecer qué entendemos por la palabra “debemos”, incluida en ella.

Hay, por lo menos, tres tipos de normas que rigen la conducta de los seres humanos: las jurídicas, las morales y las sociales. En cada una de ellas se usa el concepto de deber, pero con un sentido diferente.

Las normas jurídicas están inscritas en las leyes, códigos y reglamentos. Su cumplimiento es obligatorio y, si se violan, hay penas contempladas por la legislación, como las multas o la prisión. Las normas morales nos dicen cómo debemos actuar de acuerdo a nuestra concepción del bien. Su cumplimiento no tiene la misma obligatoriedad que el de las normas jurídicas, ni tampoco el mismo castigo. Las normas sociales también se conocen como normas de urbanidad o de convivencia, y consisten en aquellas reglas de conducta para que la vida en común sea más civilizada.

Dado que no hay una ley vigente que nos obligue a usar el cubrebocas, ni tampoco una regla moral que nos conmine a usarla, para ser considerados como buenas personas, es claro que lo que en este momento está en cuestión, en torno al uso del cubrebocas en México, es si ha de adoptarse como una norma social.

En algunos países ya no se espera que la gente use el cubrebocas en las calles o en lugares cerrados, incluso es algo que se ve mal. Cuando los turistas de Europa o de Estados Unidos vienen a México y observan que el uso del cubrebocas sigue siendo generalizado, les parece extraño, incluso criticable, que los mexicanos no hayamos dejado de portarlo, a pesar de que la pandemia haya menguado.

Me parece que los mexicanos alcanzamos un alto grado de concientización acerca de las numerosas ventajas del uso del cubrebocas, no sólo para evitar el contagio del virus que provoca el Covid, sino de cualquier otro virus transmitido por vía aérea. Podría decirse, entonces, que los mexicanos hemos adoptado, por convicción propia, la norma social del uso del cubrebocas.

Si los europeos o los estadounidenses ya no lo quieren usar, allá ellos; nosotros, los mexicanos, pensamos de manera diferente, tanto así, que hemos hecho de su uso algo normal y cotidiano.

¿Qué podemos hacer para fortalecer la norma social de usar el cubrebocas, que los mexicanos nos hemos dado a nosotros mismos? Como sucede con todas las normas sociales, toca a las familias, principalmente a ellas, la preservación y la observancia de la norma. Aunque el Estado u otras organizaciones sociales pueden ayudar a que la norma se mantenga, es la familia en donde se debe recordar a todos: niños, jóvenes, adultos y ancianos que usar el cubrebocas es una medida efectiva de higiene social, de convivencia colectiva y de respeto a los demás.