Un filósofo busca la presidencia

TEATRO DE SOMBRAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Ante la cercanía de las elecciones de 2024, varios políticos han manifestado su interés en aspirar a la candidatura presidencial de los partidos tradicionales. En medio del remolino informativo en el que vivimos, hay una noticia que pasó casi desapercibida y que, sin embargo, ofrece una bocanada de aire fresco en el ambiente turbio de la política.

Se trata de la candidatura a la presidencia de un destacado filósofo que, además, es un intelectual público conocido por sus posiciones siempre agudas y críticas. Aunque es evidente que las posibilidades reales de que este singular filósofo alcance la presidencia son mínimas, su participación en el proceso electoral seguramente brindará una lectura distinta del triste estado actual —por no decir, de la crisis— de la democracia, la sociedad y la cultura.

El Dr. Cornel West es doctor en filosofía por la Universidad de Princeton. Ha escrito numerosos libros en los que se ha ocupado de distintos temas teóricos y prácticos en torno a la democracia, la injusticia, la pobreza, el anticolonialismo y la discriminación racial en los Estados Unidos. Por desgracia, pocos de sus libros están traducidos al español. En su obra hay una combinación de perspectivas, desde el pragmatismo, hasta el socialismo, pasando por el cristianismo. West es, sin duda uno de los pensadores más importantes de los Estados Unidos hoy en día. Actualmente es profesor en el Union Theological Seminary en Nueva York, pero también ha sido profesor en Harvard, Princeton y Yale.  

El Dr. West será candidato del People’s Party, un partido diminuto fundado en 2017 con la intención de apoyar a Bernie Sanders, quien prefirió buscar la candidatura del Partido Demócrata, sin éxito, como sabemos. El Dr. West será el primer candidato a la presidencia de este partido, que pretende hacer una política independiente del poder económico. El partido defiende el derecho efectivo a la salud, la educación y la vivienda dignas para todos los estadunidenses, también sostiene una política pacifista que se oponga al poder de la maquinaria bélica y una política social que se enfrente al poder de las grandes corporaciones financieras.

El Dr. Cornel West ha criticado el bipartidismo estadunidense como un sistema que en cada elección ofrece al elector una opción que, en realidad, no es una verdadera opción para los ciudadanos de a pie, porque quienes están detrás de los dos partidos son los mismos poderes económicos, financieros, militares.  

¿Qué podemos aprender aquí, desde México, de la candidatura del Dr. Cornel West a la presidencia de los Estados Unidos?  

Lo primero que podemos hacer es un ejercicio de memoria. En México tuvimos un filósofo que buscó la presidencia en 1929. Se llamaba Vasconcelos. Desde entonces, no hemos tenido otro personaje de la misma talla que haya buscado llegar al poder para cambiarlo desde dentro, para poner a la verdad y a la justicia por encima de lo demás. En nuestra elección de 2024 todo indica que no tendremos tampoco un candidato de ese perfil intelectual y moral. Quienes se están proponiendo hoy en día —en cualquiera de los partidos registrados— son todos políticos de la vieja guardia, muy maleados, muy comprometidos, con colas muy largas, que no ofrecen nada nuevo. Es probable que en 2024 la elección se resuelva entre dos candidatos propuestos, cada uno, por un bloque de partidos. La situación será semejante a la de los Estados Unidos, un bipartidismo en los hechos que nos dejará con una opción en las boletas que no será una opción verdadera para la gente. En México, como en los Estados Unidos, el problema de la democracia no es quién gane, Fulano o Zutano, el Partido X o el Partido Y. El problema es más grave, más hondo, es uno sistémico. Estoy convencido de que en México tenemos que construir la democracia desde abajo, pero, sobre todo, desde afuera de los partidos que la han acaparado para su beneficio. La tarea es gigantesca. Lo que cada quien puede hacer, de manera individual, es diminuto. Sin embargo, la democracia debe estar fundada en la esperanza de que una vida colectiva con valor es posible. Eso es lo que busca el Dr. West y ése es el ejemplo que podemos adoptar de su lucha quijotesca.