Balance 2023: lo internacional

Concluyo el análisis iniciado la semana pasada de lo más relevante que ocurrió en el año que recién terminó. En esta entrega, lo internacional.

Dentro de lo más importante, sigue la guerra —ya en su segundo año— por la invasión de Rusia a Ucrania. Volodimir Zelenski, investido de héroe, realizó algunas selectas visitas al extranjero. Y, en Medio Oriente, una vez más, una situación de la mayor gravedad, con el ataque terrorista de Hamas contra población civil en Israel y la consecuente escalada del conflicto. Polarización global sobre el tema, reticencias de algunos a condenar cualquier forma de terrorismo, aumento del antisemitismo y manifestaciones en todo el planeta. El clamor principal es que vuelva la —siempre precaria— estabilidad en esa atribulada región.

Elecciones y cambios de gobierno importantes en América Latina. Guatemala, con un proceso muy accidentado y con el empeño de las autoridades salientes en hacerle la vida imposible al candidato, y después presidente electo, Bernardo Arévalo. Crisis política en Ecuador, que llevó al presidente Guillermo Lasso a emitir el decreto de “muerte cruzada” por el que se disolvió la legislatura, con lo que el propio Lasso terminó de manera anticipada su mandato y resultó electo Rafael Noboa. El contundente castigo electoral al peronismo kirchnerista llevó a que Argentina diera un salto al vacío con el triunfo presidencial del outsider Javier Milei. Con un segundo intento y rechazo consecutivo, en menos de un año y medio, a una nueva constitución como solución al estallido social de hace cuatro años, Chile da por concluido el “hartazgo constitucional” en el que estaba atrapado y se queda con la norma pinochetista, en un proceso de bloqueos mutuos donde todo mundo perdió, particularmente el presidente Gabriel Boric. Sin mayor sobresalto, Paraguay eligió al colorado Santiago Peña como presidente. Venezuela, de cara a las elecciones generales del año siguiente, siempre con la esperanza de poner fin a la dictadura de Maduro. Y, hablando de sátrapas, un año particularmente atroz por parte de Daniel Ortega, con ataques a los jesuitas y la confiscación o intervención en universidades, que llegan ya casi a una treintena.

En el Viejo Continente, después de siete décadas, el mundo fue testigo de la impactante ceremonia de coronación de un nuevo monarca británico: Carlos III (se sigue extrañando, y mucho, a su antecesora, Isabel II). Lo más notorio y lamentable de lo ocurrido en política sucedió en España. Después de las elecciones generales —en las que ganó el Partido Popular, aunque sin diputaciones suficientes para poder formar gobierno propio y sin habilidades negociadoras para formar uno de coalición—, las posibilidades del sistema parlamentario español dieron lugar a que emergiera la peor versión de Pedro Sánchez, perdedor de las elecciones y quien, gracias a alianzas muy tóxicas con partidos regionales independentistas, contrarios al orden constitucional español —incluyendo a quienes cometieron el delito de sedición—, logró los apoyos suficientes para ser investido para un nuevo periodo de gobierno.

Fernando Botero, Tina Turner, Milan Kundera, Sandra Day O’Connor y Henry Kissinger fueron algunas de las personalidades mundiales relevantes que fallecieron en el año que recién termina.

Aprovecho para desear a los lectores lo mejor para el año 2024, esperando que sea mucho mejor que el que recién concluyó y con la consigna de valorar lo que estará en juego para la democracia en nuestro país el próximo 2 de junio.