Jacqueline L'Hoist Tapia

Se llama Tania

HABLANDO DE DERECHOS

Jacqueline L'Hoist Tapia
Jacqueline L'Hoist Tapia
Por:

Es una mamá como muchas de nosotras, que amamos a nuestra crianza. Su hijo tuvo la gran suerte además de tener una madre que supo acompañarle cuando a los 13 años, en 2017, le comunicó que era un chico trans.

Cuando Tania inició el camino más importante para su hijo adolescente, necesitaba información y asesoría, pero se topó con un vacío de información; así que buscó en diversas universidades, organizaciones LGBTTTI+; pero, sobre todo, entre las personas trans, quienes, además de brindarle la información que requería, han sido su mayor apoyo y aliento para continuar, sabiendo que no sólo es por su hijo, sino por todas las personas trans.

Esta búsqueda le dio la posibilidad de ir construyendo un cúmulo de conocimientos, permitiéndole formarse un criterio en relación a las identidades trans, el cual define de la siguiente manera: “El género es personal y está en constante construcción, se construye desde la primera infancia, no se modifica por agente externo a la persona y forma parte del derecho a la identidad, es un derecho humano y, por tanto, es exigible en todas sus esferas”. Ahora Tania ha logrado compartir su experiencia de vida con otras familias y allanarles así el camino, fundando en 2018 la A.C. Infancias trans, con trabajo en más de 15 estados y en cuatro países.

La legislación en la CDMX, ya desde hace varios años, reconoce el derecho de las personas a su identidad de género, proceso que se realiza en una oficina del Registro Civil. Sin embargo, para las niñas, niños y adolescentes la realidad es muy diferente y se les somete a un proceso jurídico que se atreve a cuestionar lo incuestionable, la identidad de las personas; además de largos y muchas veces costosos procesos para la familia. Gracias a Tania, la CDMX cuenta con una iniciativa que permitirá a las personas con menos de 18 años ser reconocidas en su identidad de género, iniciativa que goza de perspectiva de género, ya que 85 por ciento de las veces es la madre quien acompaña. Por desgracia, el proceso se ha tornado lento al llevar ya varios meses sin su aprobación en el Congreso.

Si de algo estoy segura al haber acompañado a muchas persona trans, es de que cuanto antes una persona logre ser reconocida legalmente —en su acta de nacimiento — con el género que se identifica, el resto del camino le será mucho más accesible, pues tendrá la gran oportunidad de crecer en plenitud con su identidad y, por tanto, feliz.

Tania cuenta que el éxito de sus vidas durante este andar se ha basado en dos elementos fundamentales y que sin ellos la historia hubiera sido muy distinta. Por un lado, la seguridad de su hijo sobre sí mismo, pues él siempre ha sabido quién es y hacia dónde quiere ir; por otro lado, la convicción de Tania, de que como madre debía asegurarle a su hijo lo mismo que a cualquier niño; pero, además, debía representarle para alcanzar sus derechos en lo que lograba la mayoría de edad, acción que ha llevado a cabo amorosamente por él y todas las infancias trans, pues el objetivo es garantizar por todos los medios posibles una vida libre de discriminación.