Jacqueline L'Hoist Tapia

A las mujeres históricamente nos queman

HABLANDO DE DERECHOS

Jacqueline L'Hoist Tapia *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Jacqueline L'Hoist Tapia
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En Europa, durante el siglo XVII, miles de mujeres fueron brutalmente asesinadas en la hoguera acusadas de ser brujas, ya sea porque buscaban liberarse de la opresión de un sistema familiar, religioso y político que las menospreciaba, porque querían adquirir conocimientos que sólo estaban destinados para los varones, o porque algún hombre despechado las acusaba aun sin pruebas; muchas de ellas por ser hermosas, pero para la mayoría su culpa radicaba en ser mujeres.

Esta misma historia se repite en el resto del mundo y en América. Cómo olvidar a los padres peregrinos y el poblado de Salem, con la terrible historia de mujeres llevadas a la hoguera, y cómo estas mismas conductas se repiten con la Inquisición, durante la cual muchas mujeres también fueron asesinadas, aludiendo que eran brujas y merecían ser quemadas en leña verde.

Hoy, en pleno siglo XXI, las mujeres seguimos siendo quemadas. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud federal, a la fecha, en México, se han atendido a 47 mujeres que han sido quemadas intencionalmente, y de éstas, sólo el 59.5% de los casos fue denunciado.

Lo hemos dicho miles de veces: que las mujeres no estamos seguras, tenemos que pensar qué ropa nos vamos a poner si usamos el transporte público o si vamos hacer ejercicio en la calle; siempre tenemos que estar pensando en cómo cuidarnos. La pregunta es: ¿cuándo, quienes nos agraden, estarán pensando en no hacerlo más?

En el último informe sobre percepción de seguridad, el 67% de la población consideró inseguro vivir en su ciudad. En el caso de los varones el porcentaje es de 61%, mientras que para las mujeres la percepción es 12% mayor, hasta alcanzar el 73%. Dicho de otra forma, 7 de cada 10 mujeres nos sentimos inseguras en nuestro entorno habitual. Las niñas y jóvenes que van a la escuela se sienten inseguras, pero también se sienten inseguras en el transporte público, y en su trabajo, o cuando andan por la calle, cuando hay que ir al cajero, cuando se suben a su auto y hasta cuando van al centro comercial. Siempre inseguras, siempre con miedo.

Y el miedo que tenemos es de los más terribles, pues no sólo es a un asalto, agresión física, violencia intrafamiliar o violación, sino también a que te maten y que te quemen viva, y es que los índices de feminicidios y crímenes de odio en contra de las mujeres continúan en niveles alarmantes. El 20 de julio de 2022, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública presentó los datos sobre feminicidios, en donde podemos ver que de 84 casos subió a 89, lo cual significa 5 feminicidios más que el mes anterior y, comparándolo con el año anterior, cuando se reportaron 86, ahora se reportaron 89, es decir, 3 casos más.

La práctica de quemar a mujeres, ya sea para privarlas de la vida o para hacerles un daño físico irreparable, es una constante en las agresiones, conocemos sus nombres y sus historias, ahora necesitamos conocer a sus agresores, sus nombres y sus sentencias, porque sólo así podremos revertir la historia.