Un respiro

QUEBRADERO

Las migrantes Angelique McKenna y Vivian Mora reaccionan al discurso del presidente electo, Joe Biden, en calles de Washington, ayer.
Las migrantes Angelique McKenna y Vivian Mora reaccionan al discurso del presidente electo, Joe Biden, en calles de Washington, ayer.Foto: Reuters
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Si bien el triunfo de Joe Biden deja a EU dividido en dos, su llegada a la Casa Blanca le da un respiro al mundo.Los números finales no reflejan lo parejo de la elección. La gran diferencia de votos al final está lejos de mostrar lo que pasó, las diferencias alcanzaron en varios estados no más del 3 o 4%. La primera tarea que tiene Joe Biden es buscar la manera en que el país logre unirse en lo fundamental. Es una empresa mayúscula, porque detrás de las elecciones queda una gran cantidad de rompimientos internos entre millones de estadounidenses. La mitad de ellos tienen soporte para protestar en la actitud y reacciones del derrotado.

Con Biden muchas cosas serán diferentes. El demócrata representa un proyecto de gobierno distinto, sus primeras declaraciones a partir de que se fue oficializando su victoria dejan en claro que lo más importante será “gobernar para todos”, en algo que debemos interpretar como una crítica a su antecesor. Biden tiene claro, como seguramente también lo tiene la sociedad estadounidense, que el principal problema es la división interna. En los últimos cuatro años Donald Trump en lugar de gobernar para todos se dedicó con su discurso y sus políticas a dividir a los estadounidenses y, en muchos casos, a pelearse con el mundo.

La división es el gran problema. No le va a ser nada sencillo a Biden encontrar coincidencias y convergencias. Entre los muchos factores que van a intervenir, está que quien encabeza a la otra mitad de la nación no está dispuesto a reconocer el mandato de las urnas, lo cual va a alentar la intransigencia y la polarización.

Biden concibe la relación con las oposiciones, partidistas y no partidistas, como parte de un proceso político en el cual no hay enemigos sino adversarios. Trump se la pasó estos años fustigando a todos aquellos que lo criticaron y le hicieron observaciones a su gobierno, fue dominado por su intransigencia y por una forma de pensar que cada vez tiene menos cabida en su país y en el mundo.

El presidente fue derrotado porque la sociedad ya no lo quiere, perdió el referéndum. No se alcanzan a apreciar del todo las consecuencias de estos años. Lo que sí se aprecia es que EU dejó de ser ante el mundo la nación de la apertura y la reconciliación. Durante cuatro años, el país tuvo como presidente a un personaje que se dedicó a lanzar diatribas a diestra y siniestra terminando como un peleador callejero. Si bien parte de la sociedad lo encontró atractivo, es evidente que el daño y el encono han sido los principales motivos para echarlo.

Por más que Trump no esté reconociendo su derrota no le va a quedar de otra que hacerlo y deberá entregar el poder el 20 de enero. Conociendo las reacciones del todavía presidente la duda es si estará dispuesto a cumplir con la Constitución de EU. El triunfo de los demócratas le ha caído bien al mundo. Tiene que ver con la derrota de un personaje que ha trastocado valores y entendimientos, que en lo general le dan a su país y al mundo equilibrios, en función del papel preponderante que tiene EU.

No hay varitas mágicas y eso lo debe saber Joe Biden. También ha de ser consciente que corre sobre él una enorme expectativa y esperanza.

La alegría y el respiro que le provoca al mundo y a la propia sociedad estadounidense, por más dividida que ande, es un punto de partida clave para que Biden sepa aprovechar el reconocimiento que le han dado los votos y el mundo.

Si bien el triunfo de Biden es un respiro no se puede soslayar que también genera dudas. Genera esperanzas, pero la mayor apuesta está en la influencia y capacidad que tiene en su entorno, aquí está una de las grandes claves para los próximos cuatro años.

RESQUICIOS.

Quisiéramos pensar que existió algún motivo para que el Presidente haya tardado en reconocer el triunfo de Biden. Aunque se haya cruzado la muy difícil situación de Tabasco, hay muchas maneras de comunicarse; todo terminó por ser como en una evitable cámara lenta.