Corte Protege Libertad de Expresión

SPLIT FINANCIERO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La discusión legal en materia de audiencias lleva ya un tiempo entrampada en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), y su importancia deriva en que tiene gran repercusión en materia de derecho a la libertad de expresión, de opinión, de información y la forma de ejercer el periodismo en nuestro país. En cosa de días, habremos de atestiguar si los ministros de la Corte se inclinan por regular de manera excesiva al sector o por el respeto a estos derechos reconocidos en los artículos 6 y 7 constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Los derechos de las audiencias no deben ser usados como argumento para justificar censura, al contrario, deben coadyuvar a garantizar el acceso y la calidad de los contenidos en la programación que se brinda a quienes escuchan la radio o ven la televisión, pero también garantizar la seguridad de quienes se dedican a informar y proteger en todo momento la libertad de expresión de periodistas y medios de comunicación.

En los regímenes democráticos, quienes aplican las reglas para velar por los derechos de las audiencias son los radiodifusores mismos, de ahí que esta sentencia transgrede el principio de autorregulación de los medios, pues otro de sus preceptos es justamente establecer códigos de ética y regulación de los medios electrónicos desde el Estado. Así, al obligar a los concesionarios a que los códigos de ética de todas las estaciones de radio y televisión sean avalados por el Estado y además ellos mismos nombren a un defensor de audiencias para cada programa transmitido, estaríamos permitiendo que existan sensores oficiales que podrían atentar contra la libertad de expresión.

De prosperar este criterio, el daño y retroceso que la SCJN estaría dando al sistema de comunicación de radio y televisión en nuestro país sería enorme. La sola pretensión de precisar entre “opinión” e “información” representa un fuerte impacto operativo para los programas noticiosos que transmiten en vivo, pero también uno económico, tanto para el anunciante como para el concesionario, pues los noticieros tendrían que hacer pausas e interrumpir para realizar la aclaración del tipo de nota que están dando.

Esta resolución llama especialmente la atención, ya que se da en el marco de las elecciones del 2023, justo cuando el Gobierno está más urgido de posicionar su propia narrativa y tener control mediático.

La Corte debería pronunciarse por las violaciones al proceso legislativo y darle oportunidad al Congreso de legislar en materia de derechos de las audiencias, pero tomando en cuenta, como mínimo, la protección de derechos a la libertad de expresión e información que se vive actualmente, y asegurando que todos los sectores involucrados sean tomados en cuenta, incluidos los propios periodistas, comunicadores y medios de comunicación, mismos que tienen mucho que expresar sobre las implicaciones de operación programática y las afectaciones a su libertad de expresión que esto conllevaría.

Voz en off. Penoso que Volaris ha tomado la decisión de despedir a una piloto que grabó el incidente, en el que dos aeronaves casi se estrellan en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en mayo. La empresa dice que la empleada violó las normas de la empresa al utilizar un teléfono cuando no tenía permitido hacerlo. Y si bien podría tener razón, grave que haya tomada esa decisión sobre todo por la gravedad en que pudiera haber terminado, incluso las vidas que pudieron perderse por haber ocurrido ese percance.

La empresa que dirige Enrique Beltranena hoy podría ser gravemente sancionada si se comprueba abuso laboral, porque la ejecutiva tenía garantizado su trabajo al tener “los frenos de su avión en su lugar”. Delicado además que las autoridades permitan este tipo de actos a todas luces bajo el pretexto de “procedimientos de cabina estéril”. A Volaris tendría que venirle una revisión profunda sobre la relación laboral de sus trabajadores, incluso bajo el llamado de ASPA, preocupada por representatividad sindical que priva en las aerolíneas de bajo costo en el país. Quizá el exculparse diciendo que fue por un problema de la Torre de Control del AICM, del Benito Juárez, no haya sido suficiente para que también asuman su responsabilidad…