2024 y 76 elecciones

El 2024 será un año en que, por una casualidad que no se repetirá hasta dentro de casi tres décadas, más de la mitad de la población mundial tendrá que ir a las urnas para diferentes elecciones que se llevarán a cabo en 76 países. A la incertidumbre que veremos este año, como consecuencia de los reacomodos de poder y el debilitamiento de los acuerdos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, debemos sumar los múltiples procesos de pronóstico reservado que pueden cambiar el destino de la política global.

Algunos de los procesos que viviremos este año no presentan grandes posibilidades de cambio, como es el caso de la más que probable victoria de Putin en el proceso de elección que habrá en marzo, con el que tratará de cubrir de legitimidad su dictadura en Rusia, el proceso que enfrentará Narendra Modi en mayo, con el que probablemente ganará un tercer mandato en India o las elecciones a las que acudirá Nayib Bukele en febrero, en donde sin importar que la Constitución le prohíbe la reelección consecutiva, el control que ejerce sobre las instituciones de El Salvador le da casi la certeza de su victoria. En estos casos veremos la profundización de la centralización de poder y la consolidación de sistemas en los que las oposiciones han sido relegadas o abiertamente eliminadas.

Sin embargo, no todos los controles autoritarios son perfectos y, con el tiempo, todos tienden a resquebrajarse. Este año, aun en una fecha incierta, veremos si el régimen chavista de Nicolás Maduro es capaz de aferrarse a un tercer mandato o si, después de un cuarto de siglo de dominación, la oposición logra consolidarse alrededor de María Corina Machado —que es la figura más prominente que ha tenido la oposición venezolana— y pone contra las cuerdas al régimen de Venezuela. Tendremos que seguir con atención este proceso.

En Europa, además de las elecciones en diversos países, hay votaciones para el Parlamento Europeo, en donde se medirá el avance de las fuerzas de extrema derecha que han ganado terreno en diferentes países. Otra elección de este año que ya está en puerta es la de Taiwán, que se desarrollará el próximo sábado y que podría tensar todavía más la relación entre Estados Unidos y China, pues los segundos reclaman que la isla es parte de su territorio y que están dispuestos a usar la fuerza si Taiwán decide avanzar en su independencia.

Finalmente, México y Estados Unidos también irán a las urnas este año. Primero se resolverá la elección en nuestro país en junio, donde se jugará la continuidad de Morena, mientras que nuestros vecinos tendrán que enfrentar en noviembre el riesgo de regresar a Donald Trump a la Casa Blanca. En el primer caso, salvo que suceda una sorpresa en las campañas, es probable que el oficialismo se mantenga en el poder; mientras que en el segundo, el nerviosismo se acrecienta conforme Trump sigue avanzando en las encuestas y Biden no logra generar el entusiasmo que hace 4 años.

A nivel global la democracia no se encuentra en su mejor momento y en algunos lugares va en abierto retroceso, pero las posibilidades que se abren con una elección, aunque sean pequeñas, nos darán un 2024 interesante, lleno de cambios, aprendizajes, retrocesos y oportunidades.