Bajan a la UNOPS del barco

GENTE DETRÁS DEL DINERO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La primera noticia es que el Instituto Nacional de Salud del Bienestar se traslada a Acapulco en la primera semana de octubre. Nadie sabe si el instituto, que dirige Juan Ferrer, podrá con ese paquete y al mismo tiempo formular la “demanda agregada” de compras de medicamentos y material médico del sector público 2022; la segunda noticia es que tanto el IMSS, de Zoé Robledo, como Pemex, de Octavio Romero, decidieron prescindir de los servicios del Insabi y de su dealer UNOPS para comprar tales insumos.

De hecho es posible afirmar que tras la última reunión del consejo consultivo del IMSS, fue expresa pero discreta —muy al estilo 4T— la inconformidad de las autoridades sanitarias federales al desempeño de la entidad encabezada por Grete Faremo en la adquisición consolidada: menos del 50% de consumo comprometido; quedó lejos la meta de realizar una compra internacional, pues 95% será suministrado por laboratorios instalados en México pese al señalamiento expreso de Palacio Nacional; igualmente se expuso un inconexo sistema de suministro que a duras penas entrega productos en las capitales de los estados y aún no resuelve la entrega de “última milla” a clínicas y hospitales municipales y comunitarias.

Es más, se supo que junto al pronunciamiento del Consejo Técnico del IMSS, el propio secretario de Salud, Jorge Alcocer expresó el desánimo de la autoridad federal ante el dolor innecesariamente inducido a la población por el desabasto de medicamentos.

Esto llevaría a que —independientemente de la retórica utilizada— en breve se anunciaría un nuevo esquema de abasto, aunque la UNOPS conservaría la contratación de medicamentos de patente (especialidades) mediante la oficina que aquí lleva “El Club de los Pibes”, a cargo de Giuseppe Mancinelli.

El fallido experimento salió caro (150 millones de dólares pagados a la UNOPS). Pero dicen que es de sabios saber hacer cambios.

Se rajó Villacero; llegan nuevos compradores. La noticia es que Altos Hornos de México retomó pláticas con dos firmas, una asiática y una latinoamericana (cuyos nombres se mantienen en el anonimato y que aún no tienen presencia en México con el fin de formar una alianza estratégica luego de que la semana pasada se rajó el regiomontano Julio Villarreal y su Alianza Minero Metalúrgica Internacional (AMMI) para la compra de 55% de las acciones de la acerera donde la mayoría accionaria corresponde a Alonso Ancira.

Usted recordará que dicha alianza no pasó de hacer promesas, que mañana sí te pago, que ya merito, desde hace un año y medio en que empezó la persecución contra Ancira. La falta de seriedad de esa oferta tensó la relación con AHMSA hasta que reventó… y ahora la empresa de Monclova no tiene restricciones legales para buscar nuevos inversionistas. Lástima Margarito, pues ahora AHMSA se encuentra en una mejor situación dado que los altos precios del acero se pueden mantener de 8 a 9 meses, lo cual estimuló a la compañía para elevar su producción a 250 mil toneladas mensuales en las próximas semanas y hacia finales de este año podría alcanzar los niveles que previos a la crisis, de 300 mil toneladas al mes… luego de que el presidente de la firma enfrentó una situación similar a una extorción para que entregara sus acciones.

Dos semanas y no lo fuman. Mañana se cumplen dos semanas de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró en su mañanera que sería modificado el decreto que prohibía la comercialización de los vapeadores, pero que eximía a los calentadores de pago —generando en los hechos un monopolio en favor de Philip Morris que aquí lleva Andzej Dabrowski— a fin de que la prohibición fuera pareja. Pues nada, no ha aparecido en el Diario Oficial dicha modificación, lo que permite que se sigan llenando las bodegas de calentadores de la clase para luego vender como pan caliente dicho producto. Pero, ojo, dicho prohibicionismo estimulado por el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, sólo ha dado paso a un peligroso mercado negro. Ya le diré.