Mauricio Flores

Casiopea va por el AICM

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Flores
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El consorcio de actividades aeroportuario constituido por la Secretaría de Marina, a cargo del almirante Rafael Ojeda, Casiopea (al igual que la constelación) tiene como su más importante objetivo incorporar a su estructura al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el hub nacional por excelencia, el cual tiene proyectado inversiones por 6,500 millones de pesos hasta final del actual sexenio a fin de conservar y mantener parte de las estructuras que tiene bajo su mando el vicealmirante Carlos Velázquez Tiscareño.

Claro, la incorporación a Casiopea será previa solución a las cargas financieras que gravitan sobre el AICM, como es la “pensión heredada” con Aeropuertos y Servicios Auxiliares y, en especial, los Bonos MexCat emitidos para la construcción del finado Nuevo Aeropuerto Internacional de México y cuyo pago de interés y principal absorben la mayor parte de los ingresos generados por la Tarifa Única Aeroportuaria (TUA) que pagan más de 48 millones de pasajeros anuales en casi 360 aviones en operación de aterriza-despegue.

Empero, el consorcio ya empezó a incorporar estaciones aéreas en “zonas calientes”, pero con alta actividad económica, por lo que la presencia de la Secretaría de Marina tiene por misión primera acotar y reducir las acciones delictivas dentro y alrededor de los primeros 6 aeropuertos que retoma: Ciudad Obregón, Guaymas, Loreto, Colima, Matamoros y Ciudad del Carmen, plazas donde la contención del crimen es vital para sostener el crecimiento económico.

Por supuesto, el AICM es la “joya de la corona”, aunque es evidente que, dada su antigüedad y deterioro, es necesario planear una reconstrucción total de las Terminales 1 y 2, así como la ampliación de la distancia entre pistas para que tenga capacidad de efectuar operaciones simultáneas. Eso, evidentemente, deberá esperar hasta después del 2024.

Cubanos protestan por exportación cementera. Mientras en La Habana, Camagüey u otras ciudades de Cuba no hay un costal de cemento para reconstruir y evitar derrumbes, la dictadura de Miguel Díaz-Canel se ha dado a la tarea de exportar el material de construcción, a Venezuela, Colombia, Haití, Brasil…, y ahora a México. Esto ha desatado una fuerte crítica por parte de la comunidad cubana en Miami hacia el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. La información publicada en el portal InfoTransportes da cuenta de las crecientes críticas por la venta de dicho cemento que no es realizada por el gobierno cubano, sino por empresas mixtas formadas por privados extranjeros. Esto implica que las ganancias no irán directamente a las arcas del gobierno de la isla. También se da a conocer que quien fuera el jefe de asesores de la Presidencia de México, y Lázaro Cárdenas Batel, ahora representante nacional en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), se encuentran en La Habana presuntamente para preparar más exportaciones de un material que sería utilizado en la construcción del Tren Maya. También llama la atención sobre que el precio de venta de ese cemento es notoriamente inferior al del mercado mexicano, en detrimento de la industria mexicana. De hecho, se prevé que la situación se hará más compleja cuando los barcos cargados de cemento cubano (El Papaloapan y El Libertador) arriben al puerto de Progreso, Yucatán, pues además de las críticas de los cubanos en el exilio se sumaría el reclamo de la oposición mexicana a López Obrador por favorecer los intereses de una dictadura por encima de las empresas que invierten en el territorio nacional. Esto se pone caliente.

Agricultores, sin seguros, sin banco. Por austericidio, los productores agropecuarios no han contado durante este gobierno con seguros para proteger sus cultivos de los fenómenos meteorológicos. El Jefe del Ejecutivo cree que basta con entregar “apoyos directos” ; ésa es la misma base argumentativa para la desaparición de la Financiera Nacional Rural, a cargo de Baldemar Hernández, que bastará con los recursos de los programas sociales para aumentar la productividad de todo tipo de cultivos, pues además se habrán “ahorrado 8 mil millones de pesos”, cuando, por ejemplo, se pagarán casi 18 mil millones de pesos para un presunto “parque ecológico” en Texcoco cuya ejecución ―a cargo de Iñaki Echeverría― no lleva más de 5%. Para una buena parte de los agricultores -esos que han mantenido superavitaria la balanza comercial agropecuaria- su opción será financiamiento caro…, o los agiotistas.