Mauricio Flores

IMSS, el héroe al rescate del Insabi

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores
Mauricio Flores
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La compra de medicamentos de patente y genéricos que el Insabi encargó a la UNOPS, que encabeza Grete Faremo, lleva cubierta, en el mejor de los casos, el 30% de las medicinas y material para hospitales y clínicas públicas para el 2020, un nivel extremadamente bajo y que augura un creciente problema de desabasto, ya que el instituto, a cargo de Juan Ferrer, está a una semana de no tener distribuidores logísticos para lo que resta del año… y es ahí donde el IMSS, de Zoé Robledo, puede evitar un mayor desastre sanitario.

Conforme a los análisis elaborados por el Instituto Nacional de Investigaciones Farmacéuticas, que dirige José Carlos Ferreyra y Enrique Martínez, de los casi 1,600 millones de piezas concursadas por la UNOPS, que aquí lleva Giuseppe Mancinelli, menos de una tercera parte ha sido entregada a los 8 almacenes del Insabi, pues aún se encuentran en el proceso “de negociación final” (en lo oscurito) para definir precios de compra.

Lo dramático es el desabasto que provoca dolor y muerte: el Movimiento Nacional por la Salud, que encabeza Israel Rivas, son casi 900 días sin quimioterapias en el sector público y han muerto más de 1,600 infantes (la cifra promedio en periodo similar eran 200 decesos), a los que en su momento el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, señaló de ser “opositores” al régimen.

Pero el Viernes Santo puede ser un viernes infernal, pues vence el contrato que el Insabi tiene con 6 de 8 distribuidores logísticos, pues nos dicen no ha logrado amarrar otra extensión de contrato —hasta diciembre próximo— con las empresas que hacen la distribución consolidada y punto por punto, por el simple hecho de que el Gobierno les quedó a adeudar el 15% de sus servicios en 2019.

Ante el creciente desabasto y su costo humano que ello implica, la verdadera fuerza para enfrentar el caos es el IMSS. Vaya, se sabe que ya los funcionarios del IMSS consultan a operadores logísticos y laboratorios para resolver el suministro que no han podido resolver el Insabi y las Naciones Unidas.

Jijos del maíz. La decisión está tomada. Andrés Manuel López Obrador determinó sustituir la importación de maíz transgénico amarillo (16 millones de toneladas anuales) que utiliza la agroindustria mexicana para producir proteína animal. La Sader, que lleva Víctor Villalobos, matizó la decisión aunque, dicha sea la verdad, no ataja un nuevo conflicto con nuestro principal socio comercial: se sustituirán las importaciones que puedan ser compensadas con producción nacional a costos competitivos conforme al plan “Maíz para México”. Parece sensato construir alternativas de abasto interno suficiente en medio de la crisis del cambio climático como el que afectó a nuestro vecino del norte. Lo que no parece sensato es orillar un pleito con los farmers del medio oeste estadounidense, quienes exigen a Joe Biden y al secretario de Agricultura, Tom Vilsack, defender sus exportaciones anuales a México, sea o no sea maíz transgénico. El canciller Marcelo Ebrard y la titular de Economía, Tatiana Clouthier, podrán interponer recursos diplomáticos en favor del bloqueo mexicano… pero las consecuencias pueden ser tan rápidas como calentar una tortilla.

Banorte, Selección Nacional. La nueva fue que el banco fuerte de México, que encabeza Carlos Hank González, es el nuevo patrocinador de la Selección Mexicana de Futbol. El acuerdo entre la escuadra que preside Yon de Luisa, permite a Banorte respaldar el balompié en los duros momentos en que el deporte —como millones de actividades— son afectadas por la pandemia. Tirar a gol, pues.

La última veladora por Interjet. Se acabó. Cualquier intento de Alejandro del Valle por retomar Interjet es una engañifa. Cualquier socio que cubra “pasivos” de la aerolínea serán para pagar adeudos con el Estado mexicano. Eso sucedió con Mexicana de Aviación, que fuera de Gastón Azcárraga. No compren quimeras.