Pega inflación al IMSS

En el primer bimestre de este año, el Instituto Mexicano del Seguro Social compró la epirubicina —medicamento esencial para el tratamiento de cáncer de mamá— a un precio 1,580% superior al que pagó en promedio durante 2020, pagando en promedio 2,500 pesos por dosis, un precio que supera 6.5 veces al público hoy vigente; en conjunto las 86 claves de medicinas adquiridas por el instituto elevaron su precio 22% en los dos primeros meses del año, una situación inédita considerando que, por su volumen de compra, el IMSS solía obtener descuentos.

En primera instancia, conforme al análisis elaborado por el Instituto Farmacéutico México, que dirigen José Carlos Ferreyra y Enrique Martínez, en el primer bimestre de este año el IMSS sólo compró 42.3% de las piezas que adquirió en el mismo periodo de 2020 con el equivalente a 32.4% de los importes ejecutados un año atrás. Ello revela que el instituto compró poco, pero a precios elevados. Vaya, el mismo ácido acetilsalicílico —aspirinas— con 20 piezas, versión soluble de 300mg, se compró con un precio que aumento 830.7% para pagar 57.7 pesos la cajita… o sea, casi 3 veces más de lo que cuesta esa pieza en Superama al público en general.

Las compras a precio alto y volumen bajo revela en primera instancia el fallo estructural del nuevo sistema de compra que se centralizó en el Insabi, de Juan Ferrer, en sustitución del sistemas consolidado, operado por subastas en reserva. El Insabi contrató en 150 millones de dólares a la UNOPS, que lleva Grete Faremo, para realizar una compra internacional de casi 100 mil millones de pesos de medicamentos y materiales de salud… que ha resultado un fracaso pue sólo ha logrado concretar 18% de los procesos a casi mitad del año amén.

Por ello, el IMSS, considerando el fracaso de UNOPS, empezó a organizar sus propias compras, fuera de la órbita de esa organización, para evitar desabasto. Pero no se pudo salvar de un sobrecosto que puede impactar en sus finanzas aunque, nos dicen, no faltarían los vivales que pescaron a río revuelto.

El agua no alcanza. La temporada de lluvias empieza a finales de mayo; sin embargo, las grandes presas del país llegan a la mitad de su capacidad que tenían en el promedio de los últimos 10 años: hoy rondan 33% cuando a estas fechas, en el momento de inicio de temporada se lograba históricamente el 65% de capacidad almacenadas. Ello se debe a las escasas tormentas y huracanes en 2020, pero también a la pobre inversión en infraestructura de captación y almacenamiento pluvial. Por más generosa que resulte esta temporada de lluvias, México empezará con un déficit de reserva hídrica. En 2009 -las comparaciones son odiosas- la sequía provocó que el gobierno que de Felipe Calderón emitiera la Emergencia Nacional para contener la falta de agua a través de la Conagua, a cargo de José Luis Luege. Hoy, en vísperas de que Blanca Jiménez ocupe la embajada en Francia, la administración actual no ha tomado medidas contundentes de corto plazo ante la sequías y el cambio climático.

Democracia paritaria. Hoy en Guadalajara la iniciativa 50+1 inicia la incorporación de mujeres que buscan la necesaria equidad en las actividades políticas y económicas, impulsada por Lorena Martínez Ramírez. El objetivo es lograr un acuerdo justo y no violento en las competencias electorales, y trasladar un marco cívico y equitativo a todas las esferas de la actividad social. Eso es democracia sin adjetivos. Tome nota.