Red de Ciudades

FRONTERA DE PALABRAS

Mauricio Leyva
Mauricio Leyva*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

¿Qué define lo urbano para poder definir sus “redes”? sería lo primero que nos preguntaríamos. Si creemos que lo urbano es lo que se contrapone a lo rural estamos ante una alcance limitado del espacio mismo de la sociedad que figura en lo Urbano. Lo Urbano lo define la existencia de instituciones, la presencia de la Ciudad, la concentración de la responsabilidad pública, de los poderes, de los tribunales, pero también de las comunidades culturales, de las organizaciones políticas y sociales. Estas ciudades, en su mayoría, caminan en mayor o menor velocidad de la mano del alcance que ahora brindan las TIC y que permiten crear redes que conectan y enlazan países, culturas y fomentan la interconexión no sólo económica, sino que reciben dinamismo en sus órganos administrativos y que presume el acceso a una formación educativa, pero el alcance de la Red de Ciudad se percibe rebasada por un desfase de velocidades entre el crecimiento de las ciudades y la capacidad de cubrirlo todo.

Las Megalópolis rebasaron el concepto de las Redes de Ciudad urbana tradicional, las redes por las fibras ópticas, el paso de lo macro a lo micro y la mimetización de los diseños en estas grandes ciudades postmodernas y post urbanistas son el reflejo de que estamos fuera, en algunos casos, de la Red de Ciudad. Aunado a ello tenemos casos específicos como el de los indígenas cuyas ciudades obedecen a usos y costumbres y en donde el uso del Internet no alcanza siquiera a cubrir a la población quienes mantienen herméticamente sus costumbres y en donde persiste el temor de abrirse a la tecnología.

En ese punto cobra vida el debate ¿se puede ser global desde lo local? La cuestión adquiere importancia porque si bien es cierto que la tecnología nos permite estar inmersos en procesos que forman parte de la construcción de la globalidad, nuestra localidad es el microcosmo y nuestra micro región cultural. La globalización se forma de la multiplicidad de regionalismos y de la diversidad humana y existe en tanto somos multiculturales y diversos en nuestros sistemas políticos y sociales de vida.

Sin embargo, mantenerse en lo global sin perder el sentido de identidad requiere de un salto cuantitativo a nivel cultural que sólo se entiende en el surgimiento del concepto de la Red de Ciudad. Lo mismo ocurre con la cultura contemporánea la cual no se entiende sin el concepto de las Redes de Ciudad partiendo del hecho de que la interconexión entre instituciones de diferentes partes del mundo son inclusive, órganos de gobernanza digital y herramientas poderosas para fiscalizar a los gobiernos como lo demuestran los modelos de transparencia, las elecciones con votos electrónicos, la digitalización de las identidades humanas, los sistemas de Gobiernos Abiertos, la medición de la participación ciudadana y la facilidad de hacer estadísticas.

La sociedad contemporánea tampoco se entiende sin que la Red de Ciudad nos haya puesto en contacto con el mundo cultural de otras raíces desde el computador de nuestra casa, o , nuestro móvil.

La Red de Ciudad traen consigo las aldeas digitales y la banca universal de servicios digitales, el acceso a bibliotecas, a Educación y quizás el más relevante: la información.

Hasta este punto es en el que, la Red de Ciudad, extendiendo sus hilos digitales nos acercó y al acercarnos generó un cataclismo que impacta, sigue y seguirá impactando en nuestro lenguajes, en nuestra conducta y nuestras percepciones.