Mónica Garza

El bache más hondo del AICM es la 4T

GENTE COMO UNO

Mónica Garza*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mónica Garza
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en plena época vacacional, vive uno de sus momentos más caóticos, víctima de malas administraciones, mal diseño del espacio aéreo y poco mantenimiento en las terminales, con un presupuesto castigado, quizá como nunca antes.

 Hace apenas unos días hubo 35 vuelos afectados por retraso —siete llegadas y 28 salidas—, 3 de ellos fueron cancelados. Todo a causa del bache en una de las pistas, que dejó al descubierto las deficiencias del sistema aeroportuario de la capital del país.

“El paso del señor Morán como director del aeropuerto, nos llevó a una serie de errores que se cometieron en la administración y que generaron una serie de demoras. Esto sumado a un pésimo rediseño del espacio aéreo que tenemos desde hace más de un año, que provocó una serie de irregularidades”, me dijo María Larriva, Controladora de tráfico aéreo e investigadora de accidentes e incidentes de aviación.

Y es que hace apenas un mes, el piloto aviador naval, Carlos Velázquez Tiscareño, sustituyó a Carlos Morán Moguel en la Dirección General del Aeropuerto, luego de que este dejara apenas en enero pasado, la Subsecretaría de Comunicaciones y Transportes para relevar a Jesús Rosano.

Es decir, el aeropuerto más importante de México ha tenido 3 directores en el último semestre.

Según datos de la Cuenta Pública de la Secretaría de Hacienda, en 2018 el AICM registró un gasto de 7 mil 297 millones de pesos, mientras que 3 años después, en 2021 —durante la actual administración— el recurso se redujo a 5 mil 93 millones de pesos.

La Terminal 2 del AICM, durante esta temporada vacacional.
La Terminal 2 del AICM, durante esta temporada vacacional.Foto: Cuartoscuro

Son los “servicios generales”, que incluyen labores de mantenimiento, seguros y compra de herramientas, entre otros rubros, los que más han resentido esta disminución. De ahí que el tache de los expertos sea en materia de administración.

Actualmente el AICM se considera por debajo de sus capacidades, pues de las casi mil 400 operaciones diarias que puede realizar, sólo ocurren 950, a consecuencia de las reparaciones en curso.

Por otro lado, ha quedado claro que el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles no resulta una alternativa auxiliar ni lógica, empezando porque se inauguró sin estar terminado y su operación es incompleta, como me lo relató la investigadora María Larriva:

“Resulta que después de la tarde no hay servicios ahí, no hay aduana, no hay migración, no hay combustible, no hay toda la infraestructura aeronáutica, no existe en este momento ahí… El aeropuerto Felipe Ángeles no está al 100%, no fue terminado en su totalidad, de tal manera que no tiene capacidad para atender tráfico”.

Por ende tampoco tiene capacidad para atender carga —si se quisiera desviar este rubro hacia allá— porque no hay instalaciones listas, no hay bodegas, no hay cómo bajar correctamente la carga del avión, ni cómo transportarlo con seguridad en tierra.

“Si queremos ser serios debe haber una inversión adicional en Santa Lucía y deben hacer un estudio sobre qué tipo de aeropuerto quieren que sea y qué instalaciones se requiere, pero en este momento no va a ayudarnos en esto”, subrayó la investigadora consultada.

Larriva propone como una alternativa, que la Fuerza Aérea Mexicana, la Guardia Nacional y la Marina se “muden” a Santa Lucía, con lo que se liberaría espacio físico y quedaría disponible el 10% correspondiente a las operaciones gubernamentales.

Cabe recordar que éstas no tienen un horario establecido, suceden cuando se necesita y eso inevitablemente genera un desajuste en la programación de vuelos en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez.

Por su parte, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles no ha significado ningún “desahogo” para el AICM, como se había planeado. En sus primeros 2 meses de operaciones trasladó a 73 mil 584 pasajeros, mientras que el Aeropuerto Benito Juárez traslada 108 mil pasajeros en un solo día.

Con la pandemia, la aviación en México resintió su golpe más fuerte a nivel económico, pero ahora es el rediseño del espacio aéreo y otras malas decisiones, lo que mantiene sumida a esta industria en una crisis, aunada a su degradación de categoría 1 a la 2, por la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos, que consideró que las acciones del gobierno mexicano para corregir las deficiencias no fueron suficientes.

La situación ha puesto a nuestro país en un riesgo de desconexión y el crecimiento de la aviación mexicana a nivel internacional, con consecuencias, sociales, turísticas y económicas, incluyendo al AIFA, como otro elefante blanco y reumático en tiempos de desabasto de medicamentos y la peor inflación en 21 años…