Montserrat Salomón

Las paradojas del empleo

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Montserrat Salomón
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La pandemia nos ha marcado. Millones de personas alrededor del mundo han repensado su forma de vivir. Hicimos una pausa, revaloramos las comodidades que teníamos obviadas y reacomodamos nuestras prioridades. Entre los fenómenos que se presentaron, y de los cuales aún buscamos una explicación, está la llamada “Great Resignation”, refiriéndose a la ola de renuncias en Estados Unidos en el 2021.

EU enfrentó este fenómeno teniendo una tasa de desempleo relativamente baja, que rondó entre el 4 y el 6% a lo largo de ese año. En este escenario, los jóvenes —principales actores de esta ola de renuncias— mostraron su confianza en su capacidad de recolocarse fácilmente y que no aceptarían cualquier posición. El mercado laboral tendría que adaptarse a sus nuevas pretensiones.

Las encuestas recogieron las principales razones que dieron los jóvenes para dejar su empleo en plena recesión durante una pandemia: bajo salario, pocas oportunidades de crecimiento y no sentirse respetados en términos de equilibrio entre trabajo y vida privada y flexibilidad en el trabajo. Las renuncias, por tanto, se acumularon entre los empleados con peores salarios y aquellos adultos jóvenes con niños pequeños en casa.

La pandemia nos enseñó a vivir de una forma distinta. También acentuó las vulnerabilidades de un sistema que suele ser ciego ante las necesidades de las familias. Las nuevas tecnologías adaptadas a formas flexibles de trabajo llegaron para quedarse y las personas no tolerarán un paso atrás en este sentido. Sin embargo, este fenómeno en Estados Unidos se ha presentado en países en los que no es tan sencillo de explicar, como España.

En el país ibérico la tasa de desempleo es alta, llegando a tener cerca de tres millones de personas en busca de empleo. Aun así, se ha presentado una ola de renuncias y hay más de 100 mil puestos que no logran ocuparse. La razón está en la desarticulación entre la educación y el mercado laboral. Sectores como la construcción, la hostelería y el campo ofertan puestos que requieren una preparación profesional técnica y especializada en estas áreas, mientras que los jóvenes dejan sus poblaciones de origen para egresar de universidades que los preparan para campos saturados y que no tienen posibilidad de colocación en sus poblados de origen. Si añadimos que España tiene una de las tasas de natalidad más bajas del mundo, podremos entrever la crisis que está por venir.

El mercado laboral está cambiando. Con el avance de la tecnología muchos empleos serán automatizados, mientras que otros tendrán que adaptarse a personas que no están dispuestas a perder sus intereses personales en un lugar que no les da aquello que están buscando. Nuestra educación tendrá que cambiar o volverse obsoleta.