El debate de TikTok arrecia

Hace algunos días escribía en estas mismas páginas de la preocupación de legisladores y funcionarios estadounidenses respecto al riesgo que representa la plataforma TikTok, ya que puede ser usada por el gobierno chino con fines de espionaje a su población.

En esa publicación hice referencia al artículo de Javier Tejado en El Universal, dado que él fue el primero en llamar la atención de este tema y explicar cómo el algoritmo de la plataforma funciona de distinta manera en China respecto al resto

del mundo.

Pues al paso de un mes el asunto ha venido creciendo y ya hay nueva evidencia de que, efectivamente, TikTok puede facilitar espiar perfiles de la gente. Incluso el Congreso americano ya le dio facultades al presidente Biden para prohibir el uso de la aplicación en todo el territorio americano, y el cabildeo y las presiones cada vez son más fuertes.

La pelea en el fondo es por el manejo de la información: quién la controla y cómo se pueden influenciar a los usuarios de la red con determinados contenidos. El New York Times menciona en un editorial del 23 de marzo que hay dos preocupaciones centrales para Estados Unidos.

La primera es la amenaza latente de espionaje chino. Se ha encontrado evidencia de que ingenieros en China de ByteDance (la holding de TikTok) efectivamente han accedido a información privada de usuarios americanos. Incluso, ByteDance admitió que algunos empleados han espiado cuentas de periodistas americanos y obtenido su dirección IP.

Sin embargo, la compañía argumenta que esto se hizo sin el consentimiento de la empresa y que estos empleados ya fueron despedidos. También afirman que, a pesar de tener relaciones estrechas con China, ByteDance niega dar cualquier información de TikTok al gobierno chino.

La segunda es la posibilidad de que los algoritmos de TikTok sirvan para manipular y enviar mensajes a ciudadanos estadounidenses. TikTok ha estado acusado de censurar videos en temas políticos sensibles, como lo son la independencia del Tíbet o la matanza de Tiananmen. En este sentido, la plataforma puede influenciar opiniones de la gente en temas específicos. El dueño de la información es el que tiene este poder.

Si China prohibió el uso de Facebook, Instagram y Twitter a sus ciudadanos por el peligro que significa compartir información, parecería natural que Estados Unidos hiciera lo mismo con TikTok.

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