Salvador Guerrero Chiprés

La ciudadanía manda

CIVITAS

Salvador Guerrero Chiprés
Salvador Guerrero Chiprés
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Las y los ciudadanos mandan y los mandatarios deben reconocer el mandato. En la base de la definición de cada uno de estos vocablos se encuentra la identificación del concepto central detrás de los resultados de las elecciones de este domingo.

Si los interlocutores, aquellos desde donde se inicia el llamado a la participación cívica, entienden a sus audiencias, el contexto, recursos con los que tratan y logran interpelarlos, los resultados son previsibles y visibles.

Realidad y percepción ciudadanas. Si en lo fundamental se responde, trabaja, se realizan acciones específicas para públicos precisos y valora a la totalidad comunitaria, entonces tienen claro éxito en dos vertientes: se reconsidera la construcción del discurso o se le consolida desde ese espacio privilegiado que son las alcaldías.

Interpelar a la ciudadanía en nuestro país será cada vez más cuidadoso y más comprensivo de la educación, inteligencia, ingreso y sentido comunitario. Efectivamente, las campañas por amplitud, gasto o por creatividad llegan a ser centrales como lo son espíritu de cuerpo y selección de candidatos.

Destaco el caso de Iztapalapa y de Benito Juárez. Ambas alcaldías, en los lados opuestos de la representación política y programática, actitud y tono, obtienen resultados contundentes de ratificación.

Tanto Clara Brugada como Santiago Taboada no solamente ratificaron el mandato concedido por una ciudadanía crítica, educada, politizada, sino que aumentaron sus votos.

De un lado, existe una ciudadanía que apuesta a lo social y a la reivindicación comunitaria de la presencia pública y dinámica de la autoridad. Del otro, hay una que fundamenta la construcción de su identidad en la individualidad y la autonomía respecto del Estado en general y en relación con el gobierno en particular.

Existe cierta tendencia, no definitiva: el acercamiento de estratos populares y medios es hacia a lo social; de estratos medios y acomodados a lo individual.

En medio surgen las divergentes expresiones dentro de ese espectro inicial desde donde se constituirá a la ciudadanía, en lo cotidiano y en lo electoral, a partir del domingo y hasta el 2024.

Los ciudadanos somos la pieza clave de unidad y equilibrio, y los resultados en la CDMX y en todo el país elevan la expectativa de calidad del debate sin agandalles ni mezquindades.

La Ciudad de México refrendó posiciones, otorgó nuevos espacios de gobierno y registró 52% de participación en una elección intermedia, la mayor de los últimos 20 años para una jornada de este tipo. El poder del sufragio se concretó como una de las máximas de la democracia que ahora se constituye con equilibrios no vistos desde 1997, en lo que respecta al espectro ideológico partidario.

El poder de elegir es ciudadano. Eventualmente puede ser impactado por campañas de odio o guerra sucia.

La gobernabilidad estará garantizada, en principio, por la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, representante del predominio de la mayoría, quien así lo ha comprometido con representantes y alcaldes electos de todos los signos.