Valeria Villa

¿Psicoterapia para todos?

LA VIDA DE LAS EMOCIONES

Valeria Villa
Valeria Villa
Por:

Mucha gente se pregunta si la psicoterapia es para todos. Suelo responder que sí por deformación profesional, porque personalmente, ser paciente durante 20 años me ha permitido resolver algunos problemas de la vida de mejor manera y con menos dolor.

No sé qué haría si no tuviera ese espacio dos veces a la semana en el que puedo analizar mi carácter, la relación con mis hijos, mi vida amorosa, mi vida cotidiana entrelazada con las vidas de los pacientes, las noches de insomnio, la tristeza, la alegría, la angustia por el futuro y todo eso que acompaña nuestra humanidad. Joyce McDougall, psicoanalista francesa, afirma que existen algunos requerimientos básicos para determinar si una persona está lista para ser paciente:

1. Conciencia de sufrimiento psicológico: podría parecer obvio que quien se acerca a un terapeuta lo hace porque está sufriendo. No siempre es el caso. A veces el paciente potencial viene para complacer a alguien, por ejemplo el marido emplazado por una esposa harta, o una madre que ya no sabe qué hacer con su hijo adolescente o un departamento de psicología escolar rebasado por la personalidad de un alumno. Esto es especialmente cierto para pacientes con padecimientos psicosomáticos, que no logran ver ninguna relación entre el dolor físico y el malestar psicológico. Es esencial, por tanto, reconocer que existe sufrimiento psicológico para trabajar en una terapia. Los futuros pacientes necesitan reconocer que están ansiosos o deprimidos, decepcionados o confundidos consigo mismos, padeciendo síntomas que no comprenden o repitiendo al infinito las mismas experiencias que los llevan a sentirse infelices. Si la negación es parte importante del sistema defensivo de la persona, es posible que la terapia no tenga un buen pronóstico.

2. La búsqueda del autoconocimiento: Es incontrovertible que existen factores sociales, familiares, de raza, religión, género, clase social, que inciden en el sufrimiento, sin embargo el paciente que aprovechará más la terapia será aquel que tenga claro que hay factores desconocidos de la personalidad que se irán revelando durante el proceso. Por qué y para qué todos los factores mencionados siguen viviéndose de un modo traumático, despertando un sentimiento de estar empantanado en la vida. El paciente tendría que estar dispuesto a hacerse responsable de la dirección de su vida y aceptar que existe la mente inconsciente.

3. Capacidad para tolerar la situación analítica: a veces la propuesta de la psicoterapia es difícil de aceptar. Decirlo todo y quizá no hacer nada durante algún tiempo puede ser insoportable. Esta austeridad que caracteriza a la terapia psicodinámica, la hace diferente de otros tipos de trabajo terapéutico como el psicodrama, la terapia de grupo o algún tratamiento psiquiátrico cuando sea pertinente. Es necesario aceptar que el proceso puede fracasar, que será retador pero que también hay esperanza de aprender a vivir de un modo más creativo.

4. Capacidad para recibir ayuda: quizá esperamos que el terapeuta sepa todo sobre nosotros, cuando los descubrimientos se harán en equipo. Algunos pacientes muy lastimados pueden mostrarse muy arrogantes porque les asusta descubrir cosas que no sabían sobre sí mismos (también hay terapeutas arrogantes incapaces de ver sus fallas). Querer liberarse de los síntomas es una paradoja. Los síntomas son intentos infantiles de autocuración y surgieron como una solución para hacer más soportable el dolor mental. En el fondo, la persona teme perder el síntoma a pesar de estar sufriendo por su causa. Algunos pacientes muy difíciles desarrollarán sentimientos negativos hacia la terapia, porque no ven progreso, porque sienten que empeoran al hablar de todo, porque se sienten más infelices, más desesperanzados y más enojados que antes de empezar el viaje terapéutico. Algunos temen que si cambian las cosas serán peores. Los síntomas son herramientas de sobrevivencia psíquica y si no existe la confianza en la capacidad de cambio psíquico, puede ser que la psicoterapia de corte analítico no sea lo más adecuado para el paciente.