El bono
Mexicali. En esta ciudad se confirma que no hay lugar en el país en el que López Obrador no sea el centro de todo tipo de discusiones. En lo general, podríamos decir que se está entre la esperanza y la inquietud, que en algunos lugares ya se acerca a las preocupaciones.
El sector privado de esta ciudad, para el cual también se gobierna, asegura ver señales y formas que no termina de entender. A pesar de que por aquí la consulta sobre la construcción del nuevo aeropuerto se ve más lejos que cerca, no deja de generar dudas.
Lo que se dice en foros y discusiones acerca de López Obrador en Mexicali también aplica. ¿Cómo va a ser el gobierno de López Obrador? La inquietud viene de que, sin estar formalmente en el poder, ha convocado a una consulta con muchas irregularidades.
No es sólo la consulta lo que llama la atención de algunos empresarios. Ven también al futuro Presidente con discursos, a menudo, contradictorios. No saben si creerle a él o a quienes serán sus futuros secretarios de Estado.
El que Peña Nieto se haya hecho a un lado de manera tan ostensible le ha permitido a López Obrador una capacidad de maniobra que lo coloca en funciones de Presidente, sin formalmente serlo. Esto, que se ha venido mencionando en análisis periodísticos, académicos o en conversaciones, también se escucha por acá.
Lo que más inquieta es el hecho de que para muchos, López Obrador actúa como si todavía estuviera en campaña. No les queda claro cómo será su gobierno, siendo que hoy ven signos confusos, a pesar de que ya tiene virtualmente el poder. La pregunta que se hacen es: ¿si así es ahora, cómo va a ser mañana?
Lo que sí se valora, y mucho, es el sentido que le ha dado a ciertos temas el futuro Presidente. Ha puesto sobre la mesa asuntos fundamentales y dolorosos del país, los cuales, en un muy buen número de casos, los vemos como parte de la escenografía.
A pesar de que esta ciudad tiene una de las más altas tasas de empleo, les queda claro que la pobreza es el gran problema. Lo alcanzan a ver y entender con la migración que reciben cotidianamente. Los haitianos que se han asentado en Mexicali les han permitido ver dos cosas. Por un lado, la ratificación de que la migración les sigue rompiendo algunos de sus esquemas cotidianos. Elemento a destacar es que la migración no se cuestiona; son solidarios.
Por otro lado, las condiciones en las que llegan los migrantes, las muchas adversidades que padecen, las cuales los lleva a dejar sus países o lugares de origen, les hace valorar sus propias vidas y su entorno.
López Obrador tiene que recordar, día con día —no dudamos que lo tenga claro, pero lo deberá atender y considerar todo el tiempo—, que el país es muchos países a la vez. No somos una unidad, aunque nos una el concepto de nación.
Por más obvio que sea, recordemos que los problemas en algunos estados son muy diferentes a los de otros; incluso los que son vecinos. No sólo es esta consideración, es también la heterogénea mirada que existe del país a nivel nacional.
Inquieta también, nos dicen, que López Obrador mantenga un discurso con tintes agresivos contra aquellos que no piensan como él o que lo cuestionan. La intolerancia puede terminar por ser un elemento que le pueda afectar, en el mismo corto plazo, el bono que la sociedad le entregó en las urnas.
Se empiezan a crear fantasmas en torno al futuro Presidente. Bien se sabe que se dicen muchas cosas de los gobernantes, la cuales no necesariamente son ciertas. Sin embargo, sean o no, crean la imagen y la forma en que terminamos viendo a quienes gobiernan.
Hay que cuidar el bono. En Mexicali andan inquietos con ya saben quién.
RESQUICIOS.
Cuando el Grupo Aeroportuario llegó formalmente a lo que era el Lago de Texcoco se encontraron con que en un espacio de entre 5 y 7% del total del terreno había escombros de viviendas o edificios caídos en el temblor del 85. ¿Dónde estarán poniendo los del año pasado?