El complot vegano

El complot vegano
Por:
  • bernardo-bolanos

Se nos recomienda abstenernos de hablar de política y religión en las Cenas de Navidad. Pero ante la presencia de un familiar vegetariano o vegano, y con un pavo o lechón enfrente es imposible evitar el tema del consumo de carne.

En los próximos años, cada vez más gente será consciente del consejo categórico de los científicos: para mitigar el cambio climático se requiere reducir drásticamente el consumo de carne a nivel mundial. En particular en Europa, América y Asia-Pacífico. El resto del mundo está más cerca de una dieta basada en vegetales. En México, en específicos, tanto los sectores urbanos como los rurales consumen ya, en promedio, más carne que la recomendable desde el punto de vista de la salud y de la protección al medio ambiente, según el doctor Juan Rivera Dommarco, director del Instituto Nacional de Salud Pública. Con la excepción de algunas comunidades indígenas.

Los veganos son los vegetarianos radicales que ni siquiera consumen lácteos o huevos. Ningún producto de origen animal. La mayoría lo hace para evitar el sufrimiento de los animales, pero también por el medio ambiente. No se equivocan en sus motivos, pues gran parte de la producción agrícola está destinada a alimentar al ganado, cuando podría dar de comer directamente a la gente y reducir así la deforestación de bosques y selvas. Además, las vacas producen grandes cantidades de metano, que es un gas de efecto invernadero. Finalmente, además de las razones de compasión y ambientalismo, muchos veganos lo son para reducir sus altos niveles de colesterol y continuar con una vida sedentaria (al famosísimo filósofo ecologista Timothy Morton lo volvió vegano el amor por su sillón, antes que las consideraciones más sofisticadas que pone en sus libros).

Ahora bien, en todo el mundo existe polémica alrededor del veganismo. Incluso cuando los veganos no hacen proselitismo para “convertir” a su causa a los omnívoros, se les suele acusar de fanáticos o de suicidas, por las carencias de vitamina B12, omega 3 y calcio que tiene su dieta. Si bien es cierto que hay casos extremos de veganos, que han ido a dar a la cárcel por provocar irresponsablemente la muerte de sus bebés, por malnutrición, la mayoría son conscientes de que deben compensar aquellas carencias con suplementos alimenticios. Y es curioso que la gente poco chismee de los casos de omnívoros que matan a sus hijos por ignorancia. ¡Pero los hay!

Muchas investigaciones académicas han probado que la veganofobia es simplemente la típica reacción discriminatoria contra quienes desafían las normas sociales. Creo que lo más importante, además de aprender a respetar a esas personas, es comprender el beneficio que nos aportan. La cocina vegana está alcanzando madurez y refinamiento. Para entrar a un restaurante vegano o a una tienda de productos veganos no se necesita, obviamente, ser vegano. Quien quiera luchar contra el cambio climático tiene, gracias a los veganos, una deliciosa manera de hacerlo; aunque sólo sea una vez por semana.