Las filósofas tienen la palabra

Las filósofas tienen la palabra
Por:
  • guillermoh-columnista

La editorial Siglo XXI ha publicado recientemente un libro que marca un hito en la filosofía mexicana. Las filósofas tienen la palabra (México, Siglo XXI, 2020) reúne diez entrevistas realizadas por Fanny del Río a filósofas mexicanas entre 2016 y 2018 y que aparecieron, con anterioridad, en el suplemento cultural Laberinto del diario Milenio. Hoy, día en que las mujeres están luchando para que se escuche su voz en todos los campos de la existencia, Fanny del Río escribe un libro que les ‘da la palabra’ a diez brillantes académicas que expresan sus conceptos acerca de la filosofía, de su trayectoria profesional y de su vida personal.

Las diez entrevistadas son, en el orden alfabético en el que aparecen en el libro: Virginia Aspe, Paulette Dieterlen, Kim Diaz, Maite Ezcurdia, Juliana González, Olbeth Hansberg, María Pía Lara, Fernanda Navarro, Paulina Rivero y Carmen Rovira. La más joven de ellas, Kim Diaz, nació en El Paso, Texas, en 1976; la de mayor edad, Carmen Rovira —recién nombrada profesora emérita de la UNAM— nació en Huelva, España, en 1923. De las diez, una falleció en el lapso entre la entrevista original y la publicación del libro. Me refiero a Maite Ezcurdia (1966-2018), queridísima amiga y compañera del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.

"La contribución de las mujeres a la filosofía mexicana de los últimos cincuenta años es decisiva, profunda y poderosa. Las filósofas mexicanas han sido creadoras de la mejor filosofía, han sido maestras de varias generaciones, han estado entre los mejores investigadores, divulgadores y difusores de la disciplina y, además, han ocupado con eficiencia los cargos más altos de la administración universitaria"

El libro de Fanny del Río —filósofa, escritora, diplomática— reconstruye las entrevistas de tal forma que pareciera que son ellas, las diez entrevistadas, quienes hablaran directamente al lector. Es asombrosa la manera en la que la autora captura los giros verbales, los ritmos del discurso, la personalidad de cada una de ellas.

Las aportaciones de las entrevistadas están expresadas con suma claridad y objetividad. Conocemos así las contribuciones de Virginia Aspe a la historia de la filosofía aristotélica, de Paulette Dieterlen a la filosofía política, de Kim Diaz a la filosofía intercultural, de Maite Ezcurdia a la filosofía del lenguaje, de Juliana González a la ética, de Olbeth Hansberg a la filosofía de la mente, de María Pía Lara a la teoría crítica, de Fernanda Navarro a la filosofía de los pueblos indígenas, de Paulina Rivero a la bioética y de Carmen Rovira a la historia de la filosofía mexicana.

[caption id="attachment_1117007" align="alignnone" width="696"] Hipatia de alejandría, filósofa griega, en el fresco La escuela de Atenas, de Rafael. Foto: Especial[/caption]

No resulta fácil para una mujer dedicarse a la filosofía. Los números hablan por sí solos: el porcentaje de mujeres dentro de los conjuntos de estudiantes de licenciatura y posgrado en filosofía y, luego, dentro de los conjuntos de investigadores y profesores en la misma área es asombrosamente bajo. Dicho en una frase: la filosofía sigue siendo un territorio hostil para las mujeres. Sin embargo, a pesar de las dificultades, las mujeres han realizado una labor notable en este campo. Fanny del Rio sostiene que las filósofas mexicanas han estado sub-representadas en las historias de la filosofía mexicana. Se ha cometido una injusticia con ellas. Sin embargo, como nos hace ver la autora, sin ellas, la filosofía mexicana no sería lo que es.

La contribución de las mujeres a la filosofía mexicana de los últimos cincuenta años es decisiva, profunda y poderosa. Las filósofas mexicanas han sido creadoras de la mejor filosofía, han sido maestras de varias generaciones, han estado entre los mejores investigadores, divulgadores y difusores de la disciplina y, además, han ocupado con eficiencia los cargos más altos de la administración universitaria. Ninguna de ellas dejó de enfrentar dificultades por su condición de ser mujer. Todas tuvieron que demostrar, en algún momento, que no por ser bonitas obtenían las mejores calificaciones, que no estaban condenadas a abandonar la filosofía por casarse o tener hijos, que podían tener relaciones sentimentales con filósofos notables sin convertirse en sus sombras.

"Estas diez filósofas mexicanas son un ejemplo para las actuales estudiantes de filosofía de que no hay nada en la disciplina que no pueda hacer una mujer, ningún tema que no pueda dominar, ninguna responsabilidad que no pueda asumir. Pero la misma lección vale para cualquier joven estudiante de cualquier otra disciplina. Una de las grandes virtudes del libro de Fanny del Río es que está escrito de una manera tan amable, que no hace falta ser un filósofo profesional para aprovecharlo"

Estas diez filósofas mexicanas son un ejemplo para las actuales estudiantes de filosofía de que no hay nada en la disciplina que no pueda hacer una mujer, ningún tema que no pueda dominar, ninguna responsabilidad que no pueda asumir. Pero la misma lección vale para cualquier joven estudiante de cualquier otra disciplina. Una de las grandes virtudes del libro de Fanny del Río es que está escrito de una manera tan amable, que no hace falta ser un filósofo profesional para aprovecharlo. Cualquier lector quedará cautivado con la personalidad y el pensamiento de las entrevistadas.