Los hijos predilectos del régimen

El sector agropecuario es el de mejor desempeño económico en 2019, que con exportaciones de 28,538 mdp generó un superávit de 7,336 mdp y provee las divisas para sostener el abasto de alimentos en el país; no obstante Sader, de Víctor Villalobos, mantiene las políticas que permiten tales resultados, será objeto de un recorte de casi 30% de su presupuesto en 2020.

El secretario del ramo es un firme aliado del Presidente Andrés Manuel López Obrador y logró que el senador José Narro -también morenista- amainara las protestas de los grupos de agroproductores que le son afines. Sin embargo, la Sader verá reducido en casi un tercio los dineros que recibe, pero además será objeto de una severa reestructuración que en buena medida explica las quejas de organizaciones campesinas, su confrontación con el Jefe del Ejecutivo y la parálisis con que topan el diputado Mario Delgado y la presidenta de la Cámara baja, Laura Angélica Rojas, para la aprobación del Presupuesto de Egresos 2020. Esa reestructuración es gráficamente explicada en uno de los más recientes análisis del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas que dirige Juan Carlos Anaya: en 2019 (con un presupuesto que se confeccionó todavía de la mano del saliente secretario de Hacienda José Antonio González Anaya), los proyectos presidenciales representaban 36.5% de los 65,434 mdp aplicados por esa dependencia y el 37.2% para los “otros programas” para diversas organizaciones y comunidades con proyectos específicos; pero para 2020 los proyectos presidenciales -crédito ganadero a la palabra, fertilizantes, precios de garantía, producción para el bienestar- captan 60.9% de los recursos y los “otros programas” se limitan a sólo 1.6% de una bolsa total rebajada a 46,253.2 mdp. Durante los gobiernos priistas, los campesinos fueron llamados los “hijos predilectos de la revolución” y eso no sacó de la postración a casi dos terceras partes de la población rural; los que salieron adelante fue porque migraron y/o se convirtieron en productores comerciales con financiamiento y tecnología y apoyos, esos que ahora pueden desaparecer en una abrupta “reingeniería de gasto” que privilegia las transferencias directas. Veremos los efectos.

Oro Negro vs. Martínez. La novedad es que el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito dictaminó que el juez 2° de Distrito, Benito Arnulfo Zurita, incumplió una sentencia de amparo que le ordenaba proteger al Grupo Oro Negro, para evitar la ejecución de garantías por parte de los bonistas para preservar la continuidad de la firma de José Antonio Cañedo y Gonzalo Gil. Ésa fue la decisión unánime el 30 de octubre de los magistrados José Juan Bracamontes, María del Refugio González y Abraham Marcos Valdés: ordenaron que los acreedores que tomaron el control de sus activos (como David Martínez que se abrogó plataformas petroleras el verano pasado) deberán devolver los activos a Oro Negro y pagar daños y perjuicios. ¡Sopas! Claro, el “multimillonario fantasma” seguramente contraatacará.

Minino para Pumas. El nuevo presidente de Pumas, Polo Silva, un funcionario subalterno del rector reelecto Enrique Graue, es el encargado de sacar adelante al equipo en lo deportivo y en transparentar las finanzas que por años manejó a su gusto el depuesto presidente Rodrigo Ares de Parga. El equipo se quedará con las ganas de mando profesional y con visión estratégica.