De millonarios y populistas

De millonarios y populistas
Por:
  • montserrats-columnista

Nevada confirma la tendencia y da como ganador al izquierdista Bernie Sanders. Se coloca como el claro favorito para ganar la candidatura rumbo a las elecciones presidenciales.

Sanders es el favorito de las minorías y de los jóvenes; grupos que, al unirse, forman un frente poderoso con el potencial de dejar fuera a los demás contendientes. Sin embargo, el ascenso del senador inquieta a los demócratas más centristas, que temen que la sola palabra “socialista” baste para arrojar a los votantes moderados a los brazos de Trump.

La delantera de Sanders no sólo se debe a su carisma y al entusiasmo que genera en la juventud; está apoyada en la multitudinaria boleta electoral que presentan los demócratas. Al tener tantos candidatos, aquéllos que no tienen una identidad fuerte, como la del senador, dividen los votos.

La base de Sanders podrá no ser mayoría dentro de las filas democráticas, pero es sólida y fiel. La pregunta es si lograría vencer a la base de Trump, que pinta más cercana a los votantes moderados de su propio partido, que en el caso de Bernie.

El recién llegado a la elección, el billonario Bloomberg, todavía tiene que enseñar los dientes. Sin importarle los debates, usa una ecuación sencilla: el dinero todo lo puede. Magnate contra magnate, Bloomberg enmarca con descaro la realidad de la política de hoy en EU: el dinero todo lo puede.

Esta elección se centra en la desigualdad. Por un lado, Sanders representa a los jóvenes que claman por oportunidades y que están enojados por las diferencias, la discriminación y el despotismo de la clase política dominante, en contubernio con los billonarios.

Trump, y el mismo Bloomberg, representan este tipo de persona que piensa que con dinero se llega al poder. Los jóvenes muestran que la desconexión de estos personajes con ellos es enorme y se han decantado por un viejo político con innovadoras ideas.

Por el otro lado tenemos al presidente Trump, que encarna la impunidad que da la combinación de dinero y la política. Uno busca redistribuir la riqueza con impuestos proporcionales y engrosamiento del Estado; el otro, afianzar la riqueza, recortando impuestos sin concentrarse en las minorías o en los vulnerables. Un enfrentamiento violento en una sociedad cada vez más desigual.

El sistema estadounidense ha fracasado. La desigualdad ha roto la cohesión social y ha sido tierra fértil para el populismo. La mayoría de los ciudadanos piensa que la desigualdad es un problema, pero apoyó a Trump cuando eliminó impuestos para los ricos: el dinero compra la política.

Esta elección tendrá tintes dramáticos. ¿Serán suficientes los soñadores de Bernie para regresar el idealismo a la contienda; o le entregarán ingenuamente la Sala Oval por cuatro años más a Trump?