Luces y sombras de las encuestas de febrero

Luces y sombras de las encuestas de febrero
Por:
  • pedro_sanchez_rodriguez

Esta semana se publicaron dos encuestas relevantes sobre la aprobación presidencial en la última semana de febrero (Buendía y Laredo y Reforma). Se observa que la mayoría (60.5% en promedio) aprueba el trabajo de AMLO al frente de la Presidencia, aunque su aprobación ha caído, en promedio, 21 puntos porcentuales en un año.

Sin duda, la estrategia política del Presidente en este estadio de su Gobierno ha estado dedicada de manera continua al fortalecimiento de la sectorización del gabinete en subgabinetes de seguridad, de economía, de salud, de desarrollo social y gobernabilidad; al control de órganos constitucionales autónomos como la CNDH, el INE o la UNAM, nombrando a titulares asociados a la 4T o utilizando férreas campañas de desprestigio a sus actuales titulares y, al control en el Congreso y al complaciente equilibrio conseguido en la SCJN.

Los resultados esperados de esta campaña por la consolidación del poder, reducción de la autonomía y el sistema de decretos sin contratiempos son un incremento en el nivel de gobernabilidad y, por tanto, un alza en la efectividad del Gobierno para resolver problemas públicos, sacrificando la diversidad dentro del sistema de Gobierno y deformando unos cuantos conceptos democráticos ya aprehendidos.

El reflejo mostrado por las encuestas tiene sentido con esta estrategia paternalista de fundar un nuevo régimen y transformar la conciencia política de los mexicanos. Estos objetivos se alcanzan, en parte, con un impulso constante en la educación para gestar una conciencia ciudadana republicana y con la aplicación justa de programas sociales, igualadores sociales, que ayuden a más mexicanos a superar la línea mínima de bienestar. El impulso existe y así lo reconocen los encuestados al considerar como satisfactorio el trabajo gubernamental en educación y combate a la pobreza.

Sin embargo, el Presidente no pasa en seguridad, salud y economía. Atravesamos una apnea en el esquema de adquisición de medicamentos causada por la estrategia de sectorización de las entidades gubernamentales y centralización de sus funciones; no hemos resuelto el crucigrama entre los buques, los tanques, las patrullas y los estrados que impiden perseguir y castigar a los culpables de la inseguridad rampante por políticas interesadas más en el control de masas, que en el control de criminales y, escuchamos elocuentes discursos igualitarios pero poco liberales que no han conseguido dar confianza a los inversionistas.

En suma, los resultados de las encuestas dan a entender que las decisiones del Presidente serán cada vez más costosas y los mismos dan señales de que la base electoral que le dio su avasallador triunfo en 2018, puede verse disminuida de cara a las elecciones intermedias de 2021. Por lo anterior, será interesante conocer la segunda etapa de la estrategia política del Presidente en la que se resuelven las estridentes crisis de los feminicidios y el abasto de medicamentos, así como la silenciosa crisis económica que muchos profetizan.