En los últimos siete años, 14 mil 531 personas solicitaron en la Ciudad de México la voluntad anticipada; es decir, el derecho a elegir o rechazar tratamientos o procedimientos médicos en caso de tener un diagnóstico de una enfermedad en etapa avanzada o terminal.
La Subsecretaría de Prestación de Servicios Médicos e Insumos, de la Secretaría de Salud local, informó vía transparencia a La Razón que, entre 2018 y 2024, registra un promedio de dos mil peticiones de este tipo al año. Del total, ocho mil 423 lo hicieron por medio de documentos y seis mil 108 por formatos.
- El Dato: El objetivo de la voluntad anticipada es proteger la dignidad del paciente y respetar su deseo de no prolongar algún sufrimiento innecesario.
La responsable del programa de Voluntad Anticipada y Cuidados Paliativos, Cecilia Palacios Ávila, explicó en entrevista que las inscripciones por documentos son aquellas hechas por medio de notarías de la Ciudad de México. Los peticionarios deben ser mayores de edad y padecer o no alguna enfermedad.

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Además, la cuota para este trámite es de mil 800 pesos, para los mayores de edad, mientras que los adultos de la tercera edad tienen que pagar 850 pesos. Si la solicitud es hecha por formatos en cualquier hospital público, privado o institutos nacionales, es gratuita.
“Para poder suscribir a través del formato, esa persona debe padecer una enfermedad incurable o amenazante para la vida, tales como diabetes, hipertensión, cardiopatías, enfermedades reumatológicas autoinmunes, para los pacientes pediátricos se tienen que hacer cargo quien tenga la tutela”, mencionó la doctora.
En la administración del entonces Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon, quien hoy es el secretario de Economía federal, la Ciudad de México se convirtió en la primera entidad en aprobar la Ley de Voluntad Anticipada, en 2008.

Palacios Ávila comentó que una vez que alguien tramita la voluntad anticipada ésta no caduca, pero es posible actualizar las directrices; es decir, que si el paciente en un inicio no deseaba algún medicamento o procedimiento, puede cambiar de opinión. Añadió que en el programa sobresalen las mujeres, así como personas de la tercera edad.
Julio, quien padeció cáncer de estómago en 2022, recordó que cuando lo diagnosticaron contó con un círculo de apoyo que lo motivó a continuar con su vida. Luego de recibir tratamientos lo dieron de alta, pero a los pocos meses los síntomas volvieron.
Un día, el hombre sintió dolor en el estómago y acudió a urgencias. Los médicos le comentaron que el cáncer regresó más agresivo y por primera vez pensó que la eutanasia debería ser legal.
“La segunda vez ya fue como si me dieran mi sentencia de muerte, me tocó ver personas morir poco a poco, me aterraba llegar al estado en que otros estaban, mucho dolor, mucho desgaste físico, mental, de los familiares, amigos, pareja, creí que debería ser opción la eutanasia.

“Hoy en día que estoy bien y ya tiene algunos años que no hay rastros de la enfermedad creo que me hubiera arrepentido, me encanta vivir, hacer muchas cosas que creía perdidas, pero también es cierto que ya hay muchas personas que han pasado por mucho, caminos largos y dolorosos que se entiende perfecto que lo que busquen es descansar”, expresó.
Julio agregó que desconocía de la voluntad anticipada, pero consideró que es una buena iniciativa, ya que en dichos procesos los familiares o seres queridos a veces optan por tomar las decisiones que creen mejor para el paciente y alargar el tiempo de vida, tal como con la intubación, lo cual suele ser sufrimiento para los afectados.
Es cierto que ya hay muchas personas que han pasado por mucho, caminos largos y dolorosos que se entiende perfecto que lo que busquen es descansar”Julio, paciente con cáncer
Palacios Ávila justificó que la eutanasia forzosamente implica un procedimiento doloroso, ya que para causar la muerte se requiere de un paro cardiaco, en tanto, la ortotanasia refiere a la muerte natural de un paciente que no se encuentra en condiciones de ser curado, pero se mejora su calidad de vida con cuidados paliativos.
“Los pacientes que reciben cuidados paliativos y no tienen dolor y tienen una calidad de vida, ninguna se quiere morir, si alguien lo desea es porque no tiene soporte paliativo y que, por supuesto tiene dolor, sensación de falta de aire y nadie ha hecho un abordaje para ver sus necesidades
“No todos los pacientes que tienen enfermedades que generan muchos síntomas tienen acceso a cuidados paliativos y eso implica medicamentos como opioides para el control del dolor, laxantes, medicamentos para dormir”, mencionó.
La especialista compartió que la distanasia se refiere a la obstinación terapéutica; es decir, se aplica a quienes tienen enfermedades avanzadas y no hay tratamientos que les favorezcan, pero, dijo, no favorece a la calidad de vida y prolonga la agonía y el sufrimiento.
EL DERECHO A MORIR. El pasado 30 de octubre, la legisladora de Movimiento Ciudadano, Patricia Urriza Arellano, presentó una iniciativa en el Congreso de la Ciudad de México para legalizar la eutanasia, justificó que las personas no merecen someterse a agonías lentas; además tener mala salud no permite llevar una vida plena, lo que algunas veces implica la imposibilidad de ejercer derechos humanos.
Urriza Arellano dijo a este diario que la iniciativa se turnó a la comisión de salud, así como a puntos constitucionales, aseguró que es uno de los temas prioritarios para trabajar este 2025, por lo que buscan establecer reuniones con la Secretaría de Salud local para que aporten su opinión técnica y posteriormente dialogarlo con Morena, ya que es la bancada mayoritaria.
La legisladora argumentó que, a diferencia de la voluntad anticipada, la eutanasia en una decisión inmediata, además, proponen que quienes deseen esta medida deben pasar por un proceso de análisis de cualquier enfermedad psicoemocional, lo que significa que personas con depresión no serían candidatas.
“La diferencia es que la voluntad anticipada es que te permite tener acceso a cuidados paliativos y sería muy complicado en que las personas puedan terminar con su vida en ese momento… la iniciativa establece una evaluación psicoemocional en la que se establece si el paciente está en pleno uso de sus facultades y listo para decidir”, dijo.
La emecista explicó que hay pacientes que sufren agonías dolorosas, por lo que deben tener el derecho de decidir si continuar o no con sus vidas, pues consideró que dejar morir a una persona en dichas condiciones de manera natural es más cruel, ya que alarga el sufrimiento.
Urriza Arellano indicó que la eutanasia se debería llevar a cabo a través de inyecciones letales que permitan a las personas terminar con su vida de manera inmediata. Además, sostuvo que, de acuerdo con encuestas realizadas en la Ciudad de México, 70 por ciento de los capitalinos aprueba este procedimiento.