Sandra de Jesús Zúñiga, titular del Juzgado Quinto de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México, ordenó a la alcaldía Benito Juárez no emitir permisos para realizar eventos que impliquen el maltrato animal en la Plaza de Toros “La México“.
Al conceder el amparo a asociación civil “Todas y Todos por Amor a los Toros”, la juzgadora también determinó que, en caso de que la demarcación permita una corrida de toros, para el evento no deberán utilizarse “instrumentos que impliquen el maltrato animal” como:
- Acero
- Cachetero
- Puntilla
- Pinche
- Puya o pica
- Muleta
El acero se refiere a las banderillas y la espada utilizadas por los toreros; en tanto, el cachetero y la puntilla son puñales cortos utilizados al final de la “fiesta brava” para dar el golpe mortal al toro.
La puya o pica es una vara con una punta metálica que se usa para picar al toro durante la lidia, para “estimular o castigar”, según el diccionario taurino del Centro Etnográfico del Toro de Lidia. La muleta es el trapo rojo que el matador utiliza para dirigir y controlar al animal.
Jesús Zúñiga también prohibió el uso de cualquier otro objeto que pudiera ocasionar “un daño físico o psicológico” a los toros de lidia, criados para ser utilizados en espectáculos taurinos.
No obstante, autoridades de la alcaldía Benito Juárez aún pueden impugnar la resolución ante un Tribunal Colegiado.
Orden de jueza sucede previo a corrida “Banderilla de Oro” en la Plaza de Toros
Esto se da a días de que, el 2 de marzo a las 16:30 horas, la Asociación Nacional de Matadores de Toros y Novillos, Rejoneadores y Similares lleve a cabo la corrida Banderilla de Oro en la Monumental Plaza de Toros, ubicada en la colonia Nochebuena de la alcaldía Benito Juárez.
De acuerdo con lo expuesto, la jueza argumentó cómo en el desarrollo de las corridas los toros son dañados de distintas maneras, por ejemplo, emocionalmente por el miedo y frustración al no estar con su grupo o la falta de un sitio para escapar.
Además, los animales también son heridos físicamente por las “puyas” o “picas” con puntas de acero que les provocan “hemorragias que van de ocho a 18 por ciento del volumen sanguíneo”, pues llega a introducirse 20 centímetros en su cuerpo. Otro daño que reciben es causa de las banderillas que tienen un arpón para que, al entrar al músculo, se sostenga de éste, lo que agrava las heridas.
“La gestión de cada una de las actividades que conforman el desarrollo de esa actividad, provocan un dolor excesivo y agónico en el toro de lidia en las distintas etapas en que se desarrolla dicha actividad, que culmina e incluso con la muerte de tal especie por hemorragias severas o paros respiratorios, pues el animal sufre una serie de lesiones y estímulos agresivos que le acusan un dolor excesivo y agónico.
“Por lo que, de acuerdo con lo expuesto, dicha actividad resulta ser incompatible o irreconciliable con el derecho a un medio ambiente sano”, indicó la jueza De Jesús Zúñiga.
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