Sin mantenimiento, el Metro suma 46 años de servicio

Sin mantenimiento, el Metro suma 46 años de servicio
Por:
  • Josie Palma

El pasado 19 de diciembre de 2015, las escaleras del Metro Nativitas se derrumbaron como si se tratara de una estructura ósea descalcificada, mostrando el lado oculto del Metro: la falta de mantenimiento.

Lo que antes eran materiales fortificados y al parecer resistentes, quedaron como trozos de piedra y varillas carcomidas por el óxido.

En el caso de los túneles, alrededor de 124 kilómetros, la oscuridad hace más difícil evidenciar las huellas del paso del tiempo, pero son ya 46 años sin mantenimiento: si se hace la cuenta, los ciudadanos que estrenaron las instalaciones y que tenían diez años ahora ya hasta tienen nietos —el 29 de abril de 1967 se publicó en el Diario Oficial el decreto presidencial a través del cual se crea un organismo público descentralizado— y todo ese tiempo ha pasado con escasas correcciones preventivas.

"Los túneles que tienen 46 años son túneles que no se les ha metido recursos. Ese tipo de mantenimiento no ha habido. Son cosas que no se ven, pero que tenemos que hacer, a lo mejor la gente no ve que estamos invirtiendo en ello, pero tiene que ser necesario", menciona Jorge Gaviño, director del SCT en entrevista con La Razón.

Si ese periodo se mide en tiempos políticos, de la desatención en el STC son responsables siete presidentes de la República, ocho Jefes de del Departamento del Distrito Federal y cuatro Jefes de Gobierno, tanto de la era de gobiernos priistas, como de la alternancia.

Con una red que actualmente tiene 195 estaciones distribuidas en 12 líneas y más de 226 kilómetros de vía, la edificación del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, representó un parteaguas en el transporte de los habitantes de la Ciudad de México durante la segunda mitad del siglo XX.

El 4 de septiembre de 1969 fue inaugurada la Línea 1 del Metro, en el tramo de Zaragoza a Chapultepec, con una extensión de 12.6 kilómetros, y tuvo su primer recorrido entre las estaciones Insurgentes y Zaragoza.

Tras el desplome de la escalera en Nativitas, Jorge Gaviño indicó que 32 escaleras de la Línea 2 y de ese estilo constructivo “presentaron problemas puesto que nunca se les dio el mantenimiento. Ya fueron reparadas y ahora durarán otros 50 años”.

La falta de presupuesto, derivada de una operación subsidiada, es el principal reto que ha enfrentado desde su inicio de operaciones y que no supera ahora, a inicios de siglo.

"Tenemos un costo de entre diez y 13 pesos para mover a cada persona, pero cobramos cinco. ¿Quién nos da la diferencia? Parte nos la da el Gobierno de la Ciudad, el 40 por ciento del presupuesto que tenemos, pero no nos alcanza, quiere decir que hay un déficit.

Agrega: “¿Y en qué se traduce?, en que no estamos mandando a arreglar los trenes cuando se debe, y no estamos arreglando todo el material eléctrico.

Ante la falta de mantenimiento, es evidente que se carece hasta de lo más básico, como son los focos de algunas estaciones. La diferencia en la iluminación entre la estación Revolución (recién remodelada) y La Raza, representa el problema que actualmente se vive.

El Dato

El boleto del Metro debería costar entre 10 y 13 pesos. Actualmente cuesta cinco

Gaviño indicó que el tema del Fideicomiso Maestro del Metro que dio a conocer el Jefe de Gobierno, el pasado 17 de octubre de 2014, ayudará a sacar un crédito para reparar todos los trenes, por lo que el compromiso es, en tres años, lograr la reparación de 85 por ciento de los vagones.

Sin embargo, la modernización del Metro luce cuesta arriba. En muchos sentidos, entrar a sus instalaciones es viajar varias décadas al pasado, los aparatos que se encuentran en el quinto piso del edificio de las oficinas del Metro, hacen regresarnos al tiempo y pensar que estamos en una película del Santo.

Más de seis máquinas están instaladas en el Centro de Control y Operaciones, una de ellas es dirigida por la única mujer que está en el área, ella es la encargada de mandar en tiempo los trenes de las Líneas 1,2 y 3, las que transportan a más de la mitad de los usuarios.

El otro pendiente

Pero el Metro no solo tiene problemas con el tiempo, poco visibles; también sufre los más visibles… y audibles: los vagoneros.

Gaviño Ambriz, al tomar posesión del cargo, se comprometió a retirar a los bocineros, cosa que afirma haber realizado, sin embargo, mencionó que a las personas que venden chocolates, llaveros, aretes, plumas es más difícil detectarlas, ya que a veces no se les revisa.

No descarta que alguna de las personas que realizan estas actividades prohibidas formen parte de organizaciones que persigan fines políticos.

"Siempre hay gente abusiva que abandera ese tipo de causas para sacar provecho. Pero hay de todo, hay gente que no tiene grupos y está ahí por necesidad, hay grupos organizados con alguna bandera política, y existen otros que se mueven por interés exclusivamente económico".

Responsable del medio de transporte más ocupado por los capitalinos y en una posición donde las fallas o aciertos son más evidentes, Gaviño Ambriz respondía los cuestionamientos al mismo tiempo que revisaba las cámaras de seguridad del Metro. Vestido de traje obscuro y camisa azul, detalló tajante, “el Metro es otro al que recibí”.

El titular del STC señaló que por el momento no piensa en 2018, pues afirma "ahora estoy concentrado en que el Metro funcione. Todos los días me subo en él, aquí vivo".