Adiós Azul, adiós! Te voy a extrañar

Adiós Azul, adiós! Te voy a extrañar
Por:
  • Amador

Eo, eo, eeoo, eo, eo, eh, eh. Cruz Azul, la máquina azul. Cruz Azul, la máquina azul. Goool, gool, a ganar!

El sonido local del hoy todavía estadio “Azul” de la llamada ciudad deportiva en el otro Distrito Federal, tiene puesto el himno del club a todo lo que dan las bocinas del inmueble, la gente de todo extracto social entra y llega por diferentes maneras, todos juntos por un solo objetivo: alentar a su equipo, apoyarlo, vitorear desde la tribuna, estar ahí. La afición de la máquina cementera es noble y pese a sus resultados deportivos negativos, regresa a la semana siguiente, con el ánimo de una victoria.

Ahí mismo en la calle de Holbein, así como desemboca en Insurgentes, lo hace por avenida Revolución. Su fiel compañera la monumental Plaza de Toros México, le hace una sombra especial en ese atardecer de los juegos azules en punto de las diecisiete horas sabatinas. Los comerciantes a todo lo que dan, la seguridad rodeando por tierra y aire. Sensaciones bonitas que se generan antes de que el silbante pite su ocarina. Un lleno total que representa alrededor de 36 mil aficionados.

Recuerdo bien que ahí fui en diferentes edades, grite, presumí, aplaudí, besé, disfruté y también me amargue, lloré e injuríe, y estoy seguro al igual que muchos, que también vi a grandes futbolistas. Simplemente estaba jugando el azul en el "Azul". Un inmueble agradable, que donde te sientes se aprecia bien el juego. Algo empinado en sus escalinatas, sencillo, pero acogedor. Nada moderno, pero muy melancólico.

Pareciera que la no escrita maldición para la afición es que pasan y pasan los torneos y no se ve para cuando volvamos a ver campeones de Liga Mx al equipo, y esta temporada es mucho más triste, debido a que en unas semanas más se despedirán de la que ha sido su casa desde hace 22 años, el legendario estadio Azul, antes también Azulgrana. Y le digo que regresaran a donde vivieron su gran época, al majestuoso estadio Azteca en Santa Úrsula.

La todavía actual casa de la máquina cementera tiene 71 años de una gran historia, y a donde los cruzazulinos llegaron en 1996, siendo anfitriones ahí, justamente en aquel último título logrado en el fútbol mexicano durante la temporada del Invierno 97, aunque la copa la levantaron como visitantes en el Nou Camp de León. Y vivieron otras finales más de primera división, perdiendo las últimas cinco que llegaron.

Este vetusto inmueble está situado en la llamada Ciudad de los Deportes en la colonia Noche Buena de la Ciudad de México. Donde pareciera, que por parte de la torre de control, se les tiene dicho a todos los pilotos como una señal aérea, que es ahí donde se da la vuelta rumbo al aeropuerto internacional y si no se pierden.

El estadio Azul, también fue la casa de los hoy cancunenses Potros de Hierro del Atlante de Quintana Roo, así como del América y Necaxa, sin olvidar que la construcción de este escenario deportivo fue para el fútbol americano donde jugaban los burros blancos del IPN.

También albergó los Juegos Olímpicos de México 68, y otros eventos no sólo deportivos, sino también artísticos y hasta políticos, sin olvidar cinematográficos como aquella filmación de Resortes, llamada Viva la Juventud, o la instalación de algún circo.

En México cuando se demuele un estadio como le ocurrirá al Azul, no es como pasa en Estados Unidos que lo hacen para construir otro más moderno, sino que en nuestro país casi siempre son por situaciones meramente comerciales. Y así será, seguramente una plaza comercial con edificios de departamentos. Adiós al estadio más antiguo de la capital, 1946. Inaugurado con el nombre de Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes.

En verdad que no se entiende como el club siendo propiedad de una cementera no tenga un propio estadio. Llámele ilógico, vale madrísmo, sin sentido común, falta de interés, no lo sé, solo su propietario tiene la respuesta, pero si a su equipo en lo deportivo lo tiene en condiciones media tabla para abajo, todo se puede esperar. Aunque de demagogia me como un taco.

Es decir que este estadio tendrá el mismo destino del inolvidable Parque Deportivo del Seguro Social del beisbol, que desde hace varios años se convirtió en la Plaza Delta.

Con el Cruz Azul por ese estadio se vieron los últimos goles del grandote de Cerro Azul Carlos Hermosillo, el nacimiento de la carrera de Oscar "El Conejo" Perez, Palencia, el Loco Abreu, Pavone, Emanuel Villa, Zamora, el mago Capria, la generación base que salvó con Javier Aguirre a la Selección Nacional, la Libertadores, el amuleto de Yegros, la estrategia de Enrique Meza, la magia en los botines del "Chelito" Delgado y desde luego que al último gran ídolo cementero el "Chaco" Jiménez.

Así se va un legendario de cemento solido del soccer nacional, que digo, del deporte mexicano, de la arquitectura capitalina, del día a día chilango. ¿Simplemente una tragedia, o proximamente un éxito empresarial? Juzgue Usted.