Andrés Manuel: el mismo del 2000

Andrés Manuel: el mismo del 2000
Por:
  • larazon

Luciano Pascoe

Andrés Manuel López Obrador suele ser un político cuidadoso cuyos movimientos forman parte de una estrategia para llegar

a la Presidencia. Lleva muchos años intentándolo e insistirá en ella, por lo menos, durante los próximos 18 meses.

Las declaraciones del tabasqueño sobre Margarita Zavala, una mujer panista, a quien le criticó ser extensión de su marido, dejan ver que sus convicciones costumbristas se le imponen. La atacó con el mismo argumento que atacó a Tere Vale en el debate por la jefatura de gobierno del 2000. Idéntica descalificación.

AMLO resbala poco y, sin embargo, cuando lo hace se exhibe como un hombre que no está conectado al México del Siglo XXI.

Al atacar a Zavala, López Obrador dejó ver que puede más su impulso de pastor evangélico que su cálculo político; reveló que su visión del mundo es más conservadora que vanguardista.

Este es un error por el machismo inherente, que de suyo es grave, pero también fue un mal cálculo político, pues reconoció públicamente que le preocupa la candidatura de Margarita; en ese acto aceptó que la ve como adversaria, le dio un estatus de candidata —a la par de él— y, al menos temporalmente, logró una cohesión mediática en el PAN que hace muchos años no se veía.

De López Obrador se pueden decir muchas cosas, pero nadie lo juzga por estar casado con una periodista mediana, quien también se subió al tema. Ella, Beatriz Gutiérrez Müller, tiene todo el derecho de opinar y nadie puede descalificarla por su marido, incluso si él

es Andrés Manuel.

El presidente del partido Morena mostró que no ha cambiado en los últimos 15 años. En el 2000, cuando era candidato a la Jefatura de Gobierno, descalificó a la también candidata Tere Vale por estar casada con un priista; entonces, como ahora, asumió que las mujeres son extensiones de sus maridos.

Desde esa candidatura no ha evolucionado, mantiene su característica incapacidad de reconstruir su discurso frente a los retos electorales. Mientras Andrés, en su cerrazón, no soporta la idea de tener una mujer como adversaria, Ricardo Anaya se exhibió también como machista al salir a defender a Zavala.

López Obrador sigue siendo el mismo de siempre, con sus mismos prejuicios y la misma pequeñez de pensamiento; sus debilidades no han cambiado. Le sigue faltando lo que tanto presume: una

visión progresista.

El pensamiento de López Obrador se refleja también en su propuesta para el aeropuerto. Pensar que un transbordo de 18 kilómetros es cosa menor en esta ciudad, refleja su poca comprensión de lo que sucede en el mundo.

Sigue siendo el mismo político del 2000. Pero México sí evolucionó.

luciano.pascoe@gmail.com

Twitter: @lucianopascoe