Asignaturas pendientes herencia de Rosario Green

Asignaturas pendientes herencia de Rosario Green
Por:
  • marcoantonioa-columnista

Hace unos días, en el Instituto Matías Romero de Estudios Diplomáticos (IMR) de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) tuvo lugar un homenaje a Rosario Green Macías.

Bajo la moderación de la Directora del propio IMR, hubo cuatro intervenciones de otros tantos destacados académicos.

Desde los días posteriores al deceso de la Embajadora Emérita se produjeron numerosas notas periodísticas subrayando sus notables atributos como funcionaria y diplomática, así como su calidad de académica y redactora de importantes trabajos acerca de la deuda externa de México y la transnacionalización de la banca, entre otros.

Sin embargo, por razones de coyuntura que no viene al caso desmenuzar en esta nota, prácticamente no se habían producido referencias a su militancia en el Partido Revolucionario Institucional, del que fue Secretaria General, ni a su presidencia de la Fundación Colosio o a su papel como Senadora emanada del PRI en dos ocasiones. Por fortuna, estos aspectos fueron abordados en el citado homenaje.

Resultó particularmente justa la puntual referencia a su iniciativa en materia de cooperación internacional para el desarrollo, convertida en ley después de cuatro años de intensa lucha, con el respaldo de Manlio Fabio Beltrones. Esa ley, publicada en el Diario Oficial en abril de 2011, estableció las bases de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), vigente en la actual estructura de la SRE.

Rosario Green tuvo una profunda convicción acerca del importante papel de este instrumento, conocido como “el poder suave”, en la relación con países amigos. Siendo Secretaria creó el Instituto Mexicano de Cooperación Internacional (Imexci), pero su sucesor lo erradicó de la estructura de la dependencia, pues era un órgano desconcentrado fácilmente eliminable de su reglamento interno.

Con la determinación que caracterizó su vida profesional, en su actuación en el Senado, Rosario Green coordinó otro par de proyectos legislativos: En febrero de 2009, a nombre propio y del Grupo Parlamentario del PRI, presentó una iniciativa de Ley General sobre la Celebración y Aprobación de Tratados, que abrogaba la Ley de Celebración de Tratados y la Ley sobre la Aprobación de Tratados Internacionales en materia económica, eliminando una absurda duplicación.

Después, en marzo de 2011, con apoyo de colegas senadores del PRI, PRD y PAN, presentó la iniciativa de Ley Reglamentaria de las disposiciones constitucionales en materia de la ratificación de agentes diplomáticos y cónsules generales, para dar solidez a nuestras representaciones en el exterior.

Ambas iniciativas, ampliamente discutidas y consensadas con la SRE, no prosperaron. La primera por mezquindad de quien presidía la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados; la segunda por la ligereza de quienes orquestaban las decisiones senatoriales del PRI y el PAN, hacia el final de la LXI Legislatura.

Que no hayan sido aprobadas en aquellos momentos, no resta un ápice de importancia a esas iniciativas. Siguen siendo dos asignaturas trascendentales que la senadora Rosario Green nos dejó de tarea.