Clamor por una cooperación mundial

Clamor por una cooperación mundial
Por:
  • larazon

¿Cómo expandir las economías sin dañar a terceros en un contexto de desequilibrios globales? Una de las preguntas de fondo, no sólo a propósito de la reunión de FMI-BM sino también del dilema en medio de las preocupaciones financieras y económicas mundiales.

En particular, el clamor de los mercados emergentes es que las bajas tasas de interés en las economías desarrolladas han dejado vulnerables a los primeros a una apreciación cambiaria y a un sobrecalentamiento de sus economías -preocupaciones que han llevado a algunas plazas emergentes a implementar controles de capital.

Lo que hay detrás del actual contexto internacional es una situación de desequilibrios que según el FMI podría resolverse vía el apoyo a las exportaciones por parte de los países desarrollados (que se recuperan a un ritmo por demás lento) y el impulso al consumo interno, en conjunto con la apreciación cambiaria, en el caso de las plazas emergentes (que se recuperan a pasos acelerados).

Independientemente de la opinión que se tenga respecto a la recomendación del FMI, parece claro que una guerra cambiaria no sería la respuesta a la necesidad de continuar incentivando el crecimiento económico ante lo que para muchos luce como un limitado espacio para ampliar los apoyos fiscales y monetarios en muchas economías desarrolladas. En el mismo sentido, los controles de capitales en algunos mercados emergentes parecen no ser suficientes para frenar la búsqueda de mayores rendimientos por parte de extranjeros.

 Las razones para temer una eventual guerra cambiaria ya están ahí afuera, el más reciente ejemplo es Japón, que el mes pasado decidió intervenir directamente en su mercado cambiario para frenar la apreciación del Yen, sin mucho éxito. Posteriormente anunció una nueva reducción simbólica a su tasa de política monetaria (de 0.1% a un rango entre 0 y 0.1%), renovó su compromiso con tasas bajas hasta superar la deflación y anunció un esfuerzo de expansión cuantitativa a través de la compra de valores públicos y privados por 60 mil millones de dólares.

Todo lo anterior también con un eventual efecto sobre su moneda:

depreciarla. Por otra parte, la clara reticencia de las autoridades chinas a fortalecer su moneda no ayuda en nada a un clima de crecientes incentivos para intervenir en los mercados cambiarios.

Los reflectores de los mercados también están puestos en el posible anuncio de un nuevo esfuerzo de expansión cuantitativa por parte de la Fed. Por cierto, a juzgar por los recientes datos de empleo en Estados Unidos (publicados el pasado viernes) no es lejana ya la posibilidad de que tal nuevo esfuerzo sea anunciado tan pronto como en noviembre.

Justamente esta expectativa ha venido impulsando un debilitamiento generalizado del dólar frente a buena parte de las monedas; reforzando así el renovado apetito por el riesgo y preferenciando valores de mercados emergentes y apreciando fuertemente sus monedas.

jvirgenroj@banamex.com