Comprendiendo a China

Comprendiendo a China
Por:
  • larazon

Otto Granados

Como lo documentó Angus Maddison, el historiador económico, con excepción de dos, en los últimos veinte siglos China ha sido la principal economía global y todo indica que en unas cuantas décadas volverá a serlo. Pero por razones diversas, algunas geopolíticas y otras culturales, México ha hecho poco esfuerzo para comprender de manera penetrante la evolución económica, industrial y tecnológica que China está viviendo.

En algunos círculos empresariales nacionales se piensa todavía que China es una amenaza, que su desarrollo se sostiene en la mano de obra abundante y explotada, que ejerce sistemáticamente prácticas desleales de comercio, que produce bienes de mala calidad o que hace lo que hace porque tiene un régimen político cerrado.

Años atrás, Ipsos-Bimsa levantó una encuesta y encontró que el 52% piensa que China es una “competencia desleal” para las empresas mexicanas; el 41% creía que aumentar las relaciones comerciales con China sería perjudicial para la economía mexicana; el 33% dijo que aumentaría el desempleo en el país; el 65% opinó que los productos chinos eran de menor calidad que los mexicanos... …pero el 58% afirmó que, en igualdad en precio y calidad preferiría comprar un producto chino.

Esos lugares comunes, sin embargo, omiten la profunda transformación que China ha experimentado en los últimos diez años. Es cierto que en los crecimientos de dos dígitos registrados en años anteriores jugaron un papel crucial la alta tasa de ahorro interno, la gigantesca construcción de infraestructura, la inversión extranjera y la disponibilidad de una mano de obra intensiva y de bajo costo. Pero esos factores son cada vez más relativos.

Por un lado, según la OCDE, China es ya por ejemplo el principal exportador mundial de bienes para las tecnologías de la información y la comunicación, lo cual supone que gradualmente han ido ensamblando un círculo virtuoso entre inversión extranjera, I+D e innovación, y la manufactura de bajo valor agregado ha ido migrando hacia otros países del sudeste asiático.

Por otro, la organización de la economía ha ido cambiando. De las 500 empresas listadas en Fortune , más del 80% están invirtiendo en China y en 2007 se promulgó una nueva Ley de Propiedad Privada gracias a la cual más del 32% de la economía china y 27 de 40 ramas industriales están ya en manos privadas a través de unos 4 millones de empresas propiedad de particulares. En suma, hay más mercado, más capital privado, más inversión extranjera, y no menos.

Por último, en el QS World University Ranking de 2012, son ya 7 las universidades chinas que aparecen entre las 100 mejores universidades del mundo, hay un riguroso sistema de admisión porque el que sólo el 20% ingresa a las mejores y los estudiantes pagan colegiaturas crecientes para ir a ellas. Ese talento ha favorecido la proliferación de parques de alta tecnología y explica que muchas de las grandes empresas globales estén relocalizando sus centros de investigación en China.

¿Milagro chino? No, sólo buenas políticas públicas, mucho trabajo y buena educación.

og1956@gmail.com