Correlaciones

Me dice Luis González de Alba, comentando un artículo mío aparecido en Nexos , que la correlación que encuentro entre operativos conjuntos y tasa de homicidios podría ser una correlación espuria, que acaso obedece en realidad a una tercera variable que incide sobre ambas cosas. Me preocupa, dice, la conclusión, porque la correlación podría no ser significativa ni relevante. Pone un ejemplo muy simpático: casi siempre, a la vez que suena la campana de la iglesia canta un gallo, pero no es que la campana haga cantar al gallo, sino que ambas cosas suceden al amanecer. Tiene razón. Es más: estoy convencido de que existe esa tercera variable y que una de las claves de la violencia que vive el país está ahí. Pero no estoy tan seguro de que sea absolutamente independiente de la intervención de las fuerzas federales.

Explico un poco. Si se miran los homicidios dolosos, a partir de la base de datos de defunciones del INEGI, resulta que hay una correlación positiva, que parece muy significativa, entre el despliegue de fuerzas federales: ejército, armada y policía federal, y el incremento en la tasa de homicidios. En los estados, en las regiones, en los municipios en que se han desplegado las fuerzas federales, en operativos conjuntos, aumenta la tasa de homicidios de un modo espectacular, con un giro de 120 grados en la tendencia histórica. Y no sucede lo mismo en los otros estados, los otros municipios, donde no hay operativos conjuntos.

En el artículo al que se refiere Luis González de Alba procuro ser cuidadoso. Digo allí, en más de una ocasión, que la correlación no dice cuál sea el nexo causal, digo que los números no explican, aunque ayudan a plantear preguntas. Es indiscutible: en los estados y regiones en que ha habido operativos conjuntos ha aumentado de manera escandalosa la tasa de homicidios, y ha aumentado después del despliegue de las fuerzas federales, y no antes. Es decir, que no va el ejército porque haya aumentado el número de homicidios, sino que va el ejército y a continuación aumenta el número de homicidios. Pero no sabemos cuál sea la causalidad, por qué motivo aumenta la tasa de homicidios.

¿Hay una tercera variable, que influye sobre el despliegue de las fuerzas federales y la tasa de homicidios? Estoy casi seguro de que sí. Y tengo alguna idea sobre ella, aunque es difícil de documentar. Se me ocurre de inmediato que lo que explica ambas cosas, la presencia del ejército y la tasa de homicidios, es el peso relativo de la economía de la droga. Es eso lo que convoca los operativos conjuntos, es eso lo que empuja la tasa de homicidios. El problema es que no puede generalizarse como explicación:

la economía de las drogas tiene un peso muy apreciable en buena parte del Distrito Federal, por ejemplo, y el índice de homicidios está muy lejos de los de Ciudad Juárez, Badiraguato, Mazatlán o Lázaro Cárdenas. Por otro lado, las drogas no tienen ese peso, ni remotamente, en la Huasteca veracruzana, donde hay ejército y hay un incremento en la tasa de homicidios.

¿Habrá otra más, una cuarta variable que explique los otros casos? De nuevo, creo que sí. La crisis de las policías municipales explica seguramente una buena parte de la violencia de los últimos años. Explica la necesidad de enviar fuerzas federales, explica el desarreglo de los mercados informales y el aumento en los índices de violencia. Otra vez: está en algunos casos, no en otros.

Insisto: tiene razón Luis González de Alba. Hay una tercera variable, y una cuarta, que seguramente contribuyen a explicar el movimiento en la tasa de homicidios y el despliegue de fuerzas federales en el territorio nacional. El problema, admitido lo anterior, es que la tasa de homicidios aumenta siempre después de la intervención del ejército, la marina y la policía federal, y no antes. Dicho de otro modo: lo que hay que explicar es la evolución de la economía de la droga, del orden local, de los mercados informales e ilegales después de la intervención de la fuerza federal.

Lo que sí me sería difícil de admitir, sin pruebas medianamente sólidas, es que el aumento en la tasa de homicidios y los operativos conjuntos no tuviesen nada que ver, y que fuese una casualidad absoluta, insignificante, la correspondencia entre ambas cosas. Me sería difícil admitir que hubiese habido precisamente en esos estados, precisamente en ese año, otra cosa, aparte de los operativos conjuntos, que explicase la violencia. ¿Qué otra cosa podría haber sido? ¿Qué amanecer hizo cantar al gallo? Y me sería difícil admitir que la presencia del ejército, la marina y la policía federal no hubiesen tenido nada que ver, ni para bien ni para mal, con la tasa de homicidios en esos estados. Porque se decidió su despliegue precisamente en razón de la inseguridad, la delincuencia, el narcotráfico y demás.

En resumen: tiene razón González de Alba, hay otras variables que hace falta mirar, para explicar el incremento de la violencia en el país. El efecto del despliegue de las fuerzas federales es lo primero que conviene mirar.

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