Coyotes ganan 420 mil pesos a la semana por amparos en El Torito

Paulina Sodi

El programa Conduce sin Alcohol, también llamado Alcoholímetro, ha reducido en un 70 por ciento las muertes registradas en el Distrito Federal, en accidentes automovilísticos relacionados con el consumo de bebidas embriagantes, desde su implementación, el 19 de septiembre de 2003, según informa la propia SSP-DF.

A pesar de los enormes beneficios del programa, y de ser aprobado por un 90% de la población, éste no ha quedado exento de presentar huecos legales.

Marco Aguilera dio positivo en la prueba de alcoholemia en un retén de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, su caso puso en evidencia algunas inconsistencias del programa Conduce sin Alcohol. “...No hubo una segunda toma, se encontró que el médico legista no hace ningún tipo de prueba clínica, donde él pueda realmente constatar que estás arriba de la prueba sino simplemente lo que dice el papel. Sacó el papel de la prueba del alcoholímetro también había ciertas inconsistencias en los datos”, afirma.

El caso de Marco fue tomado por el licenciado en derecho Raúl Herrera, quien decidió dar puntual seguimiento al caso, y en entrevista afirma: “Logramos detectar, en primer lugar, una diferencia en los números de registro de las máquinas con los cuales se identifican”.

El abogado señala que también solicitaron información a la Secretaría de Seguridad Pública para saber quién lleva a cabo la calibración de los aparatos y señala que “no nos fue del todo accesible esa información”.

“Ellos argumentaban que las máquinas se calibran mensualmente para dar certeza, porque nosotros llegamos a cuestionar qué tan exactas son si se usan continuamente. Por lo menos en el caso en el que yo tuve experiencia, la máquina con la cual se realizó esta prueba no había sido calibrada dentro del mes que la Secretaría de Seguridad Pública había argumentado”, expresa.

Dependiendo del grado de alcohol que se registre, la sanción es de 20 a 36 horas de retención en el Centro de Sanciones Administrativas El Torito. Pero del dicho al hecho, las cosas cambian según platica el licenciado Herrera, “…en realidad te sancionan con, por ejemplo, 36 horas, pasas seis horas pero las 30 restantes no se cumplieron. Sería más sensato que un número de esas horas fueran compensadas con servicio a la comunidad”.

Y es que hay maneras “legales” de reducir esta pena. Marco lo constató. “Llegando a la delegación me ofrecieron un amparo, en la entrada había un coyote. Él era quien los ofrecía…”, comenta.

La Razón se dio a la tarea de comprobar qué tan fácil es conseguir un amparo para un supuesto detenido en El Torito. Al llegar al lugar Héctor Millán, un coyote que asegura ser licenciado en derecho, ofrece un amparo.

Al preguntarle por su cédula profesional responde: “No la traigo…”.

Frente a las autoridades y sin ocultar su actividad, Héctor garantiza que después de pagar tres mil 500 pesos, el “detenido” saldría en un lapso no mayor a seis horas ya que, según aseguró, “ya ahorita son las cinco, entonces ya hay como unos 40 o 50 amparos antes que el de él”.

Respecto al costo del amparo, Millán afirma que no es negociable ya que “eso es lo que me pide mi supervisor”.

Así si cada noche un coyote tramita alrededor de 40 amparos y cobra por cada uno tres mil 500 pesos, cada uno de estos “abogados” obtiene 140 mil pesos cada día, lo que hace que en los tres días de la semana que se aplica el operativo reciban 420 mil pesos.

Otro punto cuestionable es que la propia página en Internet de reclusorios del gobierno capitalino, asegura que a las personas que son arrestadas por conducir bajo el influjo del alcohol, se les brinda asistencia y atención médica, de trabajo social, psicológica y pedagógica en El Torito. Pero quienes han pasado por esta experiencia aseguran que no es verdad.

Las cifras no mienten, el alcoholímetro funciona; sin embargo, como muchos otros programas, hace falta perfeccionarlo.

psodi@proyecto40.com.mx

Twitter: @PaulinaSodi