Diversidad e inclusión

Diversidad e inclusión
Por:
  • larazon

Renato Sales H.

México, decía Roger Bartra, encierra muchos Méxicos. La simultaneidad de planos premodernos, modernos y posmodernos. Empero, nuestro país no ha sido capaz de asimilar y aprovechar la enorme riqueza cultural que implica esa diversidad. Los planos no conviven, se confrontan. No lo hemos logrado al interior. Tampoco al exterior.

Viene a cuento lo dicho por la cercanía del 21 de mayo, día mundial de la diversidad cultural para el diálogo y el desarrollo.

El 2 de noviembre de 2001, con la herida aún fresca de los atentados contra las torres gemelas y como una reacción, quizás, a la intolerancia creciente derivada de esos hechos, la UNESCO, emitió la declaración universal sobre la diversidad cultural: “En nuestras sociedades cada vez más diversificadas, resulta indispensable garantizar una interacción armoniosa y una voluntad de convivir de personas y grupos con identidades culturales a un tiempo plurales, variadas y dinámicas. Las políticas que favorecen la integración y la participación de todos los ciudadanos garantizan la cohesión social y la paz. Definido de esta manera, el pluralismo cultural constituye la respuesta política al hecho de la diversidad cultural. Inseparable de un contexto democrático, el pluralismo cultural es propicio para los intercambios y el desarrollo de las capacidades creadoras que alimentan la vida pública. La defensa de la diversidad cultural es un imperativo ético, inseparable del respeto de la dignidad de la persona humana. Ella supone el compromiso de respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales, en particular los derechos de las personas que pertenecen a minorías y los de los pueblos indígenas”.

En el país vive una población indígena estimada en cerca de 11 millones de personas, poco más del 10% de la población total del país.

Varias regiones concentran la mayor cantidad de pueblos indígenas en el país y denotan su diversidad cultural. La región mayo en Sonora y Sinaloa, la tarahumara en Chihuahua, la huichol, cora y tepehuana en Nayarit, Durango y Jalisco, la purépecha en Michoacán, mazahua, otomí en Querétaro y Estado de México, huasteca, potosina, totonaca de Veracruz y Puebla, náhuatl de centro y Jalapa, chontal lacandona de Tabasco y Chiapas, maya de Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

Desde 2011, la UNESCO y la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas han iniciado la campaña comunitaria “Haz un gesto por la diversidad y la inclusión” para celebrar el día mundial de la diversidad.

La de 2013 impulsa a las organizaciones a tomar medidas concretas para apoyar la diversidad con los siguientes objetivos:

Aumentar la conciencia mundial sobre la importancia del diálogo intercultural, la diversidad y la inclusión.

Construir una comunidad de individuos comprometida con el apoyo a la diversidad a través de gestos verdaderos y cotidianos.

Combatir la polarización y los estereotipos para mejorar el entendimiento y la cooperación entre la gente de diferentes culturas.

Hay una página especial en Facebook “Do one thing for diversity and inclusión” que recoge experiencias contra la discriminación y la intolerancia.

Una de ellas es un comercial que comienza con una mujer diciendo que lucha contra la desigualdad, un musulmán discriminado, un judío, una persona con necesidades especiales, una migrante perdida.

La globalización está hecha de paradojas. Kochiro Matsuura, ex director de la UNESCO llegó a decir que: “Cada individuo debe reconocer no sólo la alteridad en todas sus formas sino también el carácter plural de su propia identidad dentro de sociedades igualmente plurales. Solamente así es posible preservar la diversidad cultural en su doble dimensión de proceso evolutivo y fuente de expresión, creación e innovación”.

Secreto homenaje a Walt Whitman cuando dice: “¿Qué yo me contradigo. Pues sí, me contradigo. Y ¿qué? Yo soy inmenso. Contengo multitudes”.

Plantea la UNESCO algo que tendríamos que actualizar en nuestro país, una nueva comprensión de la relación entre diversidad, diálogo y desarrollo. Un nuevo sentido para las ideas de dignidad y de esperanza, que se centran en el reconocimiento de la naturaleza humana, en lo que se conoce como capacidad de aspiración. Tendríamos que comenzar con los pueblos indígenas.

rensal63@hotmail.com