El autotapado Anaya

Ladino y con doble discurso, el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, pretende seguir jugando al tapadismo para camuflar sus aspiraciones presidenciales y el uso que da a la estructura del partido para hacerse de la candidatura presidencial, con evidente alevosía y de manera injusta para los otros aspirantes: Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle.

Al “chico maravilla” no le incomoda que en mítines que le arman sus simpatizantes, como los de ayer en Tijuana y Mexicali, le den vuelo como “Presidente”, y por supuesto no frena a los dirigentes locales que le están armando una campaña.

Cosa distinta hizo con Zavala y Moreno Valle, quienes han expresado abiertamente su deseo de contender por la candidatura panista al 2018. En junio pasado, tras la elección en la que el PAN ganó siete gubernaturas, Anaya reprochó: “que nadie se confunda, primero está México, después los partidos y mucho después los proyectos personales”.

Pero no predica con el ejemplo: aparece en los miles de spots, pagados del erario, que designa el INE al PAN y que se difunden en dos mil 500 estaciones de radio y televisión del país, lo que le da presencia mediática que no tienen ni Zavala ni Moreno Valle.

Tampoco frena el ímpetu de sus simpatizantes que legítimamente lo ven como presidenciable, para que hagan campaña a su favor.

Juega al tapado, burdamente.

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Hace agua la inversión en el rubro de las telecomunicaciones, pese a la reforma en la materia que se aprobó en el Congreso y que ya está plenamente en marcha.

El Instituto de Derecho de las Telecomunicaciones dio a conocer que la inversión de los declarados agentes preponderantes del sector se ha reducido de manera considerable y pronostica que a fin de año disminuirá 31.7 por ciento, respecto al promedio de inversiones de los últimos cuatro años.

Incluso, las inversiones de dos mil millones de dólares, anunciadas para este 2016 por uno de los competidores son 34.3 por ciento menores a las de 2014, lo cual no sólo contradice el discurso del Gobierno federal, sino que constituye un engaño, toda vez que dicha inversión no corresponde al peso de esas empresas en el mercado, en términos de ingresos y líneas.

Y, mucho menos, se traduce en una efectiva mejora de servicios para el beneficio de los usuarios.

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Polémico Nobel de Literatura entregó ayer la Academia Sueca al compositor estadounidense de música folk, Robert Allen Zimmerman, mejor conocido como Bob Dylan.

El galardón se le entregó por “sus nuevas formas de expresión poética dentro de la tradición musical estadounidense”, lo que desató un interesante debate no sobre la importancia de Dylan en la cultura mundial, sino sobre los parámetros de la Academia para entregar el Nobel a un músico y no a un escritor como Milan Kundera, Philip Roth, Norman Mailer, por ejemplo.

¿No sería mejor transformar el Premio Nobel de Literatura en un Premio Nobel de Artes, para que lo puedan recibir también pintores, escultores, arquitectos, cineastas, bailarines, dramaturgos y, por supuesto, otros músicos y escritores?

Este Periscopio toma un receso, por vacaciones.

Reaparece el 31 de octubre.

raymundo.sanchez@3.80.3.65

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