El camino institucional

El camino institucional
Por:
  • larazon

David López Cárdenas

Recientemente, el INE aprobó el registro de tres nuevos partidos políticos que se incorporan al aparato democrático mexicano, en medio de la histórica polémica generada por el costo de nuestro sistema de representación.

Los nuevos partidos tienen acceso al financiamiento público para solventar sus actividades ordinarias permanentes, gastos de campaña y actividades específicas con rumbo a las elecciones intermedias de 2015.

En este sentido, diversas son las opiniones pero prevalecen aquellas que cuestionan el esquema pluripartidista que la propia legislación electoral permite, teniendo como principal argumento el impacto al erario público para el sostenimiento de los partidos.

La creación de nuevos institutos políticos consiste en reunir un número considerable de requisitos que acrediten que la organización cuenta con cierta base social que los legitime.

Sin embargo, el verdadero reto de los partidos consiste en conservar su registro, ya que la última reforma político-electoral elevó de dos a tres por ciento el umbral de votos mínimo para no desaparecer.

El número de partidos que conforman un sistema político-electoral debe ser intrascendente si se tiene la certeza de que en él se encuentran representadas verdaderas expresiones sociales organizadas y dispuestas a competir dentro de los cauces institucionales diseñados para ello.

Me parece que la legítima exigencia ciudadana de adelgazar el costo de nuestra democracia debe ser atendida mediante la transparencia de los recursos asignados a los partidos y una debida fiscalización de los mismos.

Sin embargo la idea de ahorrar dinero público cerrando la puerta a las muy diversas expresiones que existen en nuestro país, puede resultar mucho más onerosa para la sociedad si esos grupos optan por manifestarse a través de la violencia en cualquiera de sus formas.

Además hay que tomar en cuenta que el costo de nuestro sistema de representación no sólo radica en el número de alternativas, el encarecimiento de nuestra democracia se dispara cuando la sociedad se muestra apática y hace patente su indiferencia a través de la abstención.

Al final, como debe ser en democracia, los ciudadanos tendrán la última palabra sobre la permanencia de los partidos políticos.

 Punto final. AMLO presume que su Morena no se aliará con ningún partido de izquierda en 2015, como si se tratara de una determinación personal basada en sus convicciones.

Engaña con ello a sus mal informados seguidores, que desconocen que el artículo 85 de la Ley General de Partidos Políticos establece claramente que los partidos de nuevo registro no pueden convenir frentes, coaliciones o fusiones con otro partido político en la elección inmediata posterior a su registro.

Además, muestra su ingratitud con el PRD, PT y Movimiento Ciudadano, pues después de ser su candidato en las coaliciones Por el Bien de Todos y Movimiento Progresista, en 2006 y 2012 respectivamente, hoy se convierte en su principal verdugo.

davidlopezcardenas@gmail.com

Twitter: @DavidLpzC