La semana anterior se celebró el 89 aniversario del PRI. A decir verdad lo que se fundó hace 89 años no fue el PRI, sino el PNR. ¿Qué tiene que ver el PRI actual con el PNR? Para responder a esta pregunta tenemos que recordar qué fue el PNR y cuál era su programa político.
Es incuestionable la paternidad de Plutarco Elías Calles del instituto político más importante de la historia de México: el PNR, luego llamado PRM y luego PRI. Sin duda, el divisionario sonorense había meditado desde tiempo atrás sobre la conveniencia de un partido oficial que congregara a todos los revolucionarios, ya que inmediatamente después del asesinato del presidente electo Álvaro Obregón, envió a José Manuel Puig Casauranc en un viaje de estudios para redactar un informe sobre los partidos políticos en Francia, Inglaterra y Estados Unidos. El 22 de noviembre de 1928, días antes del final de su gobierno, Calles convocó a un grupo que organizaría la creación del nuevo partido. Entre los asistentes a esa reunión estaban Emilio Portes Gil, Aarón Sáenz, Marte R. Gómez, Manlio Fabio Altamirano, José Manuel Puig Casauranc, Manuel Pérez Treviño, Gonzalo N. Santos y Ezequiel Padilla. A todos ellos les podríamos llamar los “padres fundadores” del PNR.
El programa del PNR tenía tres apartados centrales: educación, agricultura e industria. El partido se definía como un partido de campesinos y trabajadores, pero no pretendía la abolición de la propiedad privada, por el contrario defendía la pequeña propiedad agraria, comercial e industrial
El 20 de enero de 1929 apareció en El Universal el “Proyecto de Programa del Partido Nacional Revolucionario”. El partido asume cinco principios. El primero era la “aceptación sin reservas” del sistema democrático de la Constitución de 1917, la defensa de la estabilidad de los gobiernos y “el acceso paulatino” de la mujer a la vida política. El segundo punto consistía en declarar que una finalidad esencial del partido era el mejoramiento integral de las masas populares, que se alcanzaría, entre otros medios, por el cumplimiento de las leyes laborales revolucionarias. También proponía la creación de normas legales para proteger, civilizar e integrar al conglomerado indígena del país. El tercer punto sostenía la defensa de la soberanía nacional, el acercamiento a las naciones latinoamericanas y el desconocimiento de cualquier doctrina política extraña que se tratara de imponer en México. El cuarto punto afirmaba que después de la lucha armada, la prioridad del gobierno debía ser la reconstrucción de la economía nacional sobre la base de una política financiera responsable. Por último, el quinto punto sostenía que los integrantes del gobierno debían ser hombres de probada ideología revolucionaria.
[caption id="attachment_710811" align="alignnone" width="696"] Creación del PNR en 1929.[/caption]
El programa del PNR tenía tres apartados centrales: educación, agricultura e industria. El partido se definía como un partido de campesinos y trabajadores, pero no pretendía la abolición de la propiedad privada, por el contrario defendía la pequeña propiedad agraria, comercial e industrial. Sin embargo, también proponía que los trabajadores se organizaran en sindicatos y en cooperativas para liberarse de la explotación de los propietarios y elevar su nivel de vida.
El PNR propugnaba por la elevación cultural por medio de una escuela “activa y utilitarista” a la que tuvieran acceso las grandes masas de la población urbana y rural. Ésta era, puesto en pocas palabras, la base del proyecto educativo que se había implementado durante el régimen de Calles
Es notable que el PNR le diera tanta importancia a la educación, tanto así que ése es el tema que aborda en primer lugar. Aquí se advierte el legado sucesivo del obregonismo y del callismo, que llevaron la política educativa más allá de lo que estaba contemplado por el artículo 3º de la Constitución de 1917. Por lo que toca a la educación pública, el PNR propugnaba por la elevación cultural por medio de una escuela “activa y utilitarista” a la que tuvieran acceso las grandes masas de la población urbana y rural. Ésta era, puesto en pocas palabras, la base del proyecto educativo que se había implementado durante el régimen de Calles. Obsérvese que no hay aquí, todavía, mención alguna de la educación socialista que se implantaría poco después y que provocaría tanta polémica. En 1929 el PNR seguía defendiendo el modelo de la escuela deweyana instaurado en la SEP por Moisés Sáenz. La propuesta educativa del PNR también defendía la “definición y vigorización del concepto de nuestra nacionalidad”, el fomento de “el concepto de la preeminencia de los intereses de la colectividad sobre los intereses privados”, una mayor equidad en la distribución de la riqueza y un mayor sentimiento de cooperación; además defendía el cultivo de los deportes para la realización de un tipo de “individuo superior” desde el punto de vista físico.

