El tema actual, los misiles balísticos
Los misiles balísticos son el tema predominante de estos días. Todo empezó cuando el presidente estadounidense Donald Trump calificó a Irán de estado terrorista número uno (tras el lanzamiento de un misil balístico de alcance medio, de prueba), poniendo la región en la atmósfera de tensiones que había antes de firmar el acuerdo del proyecto nuclear iraní con el Grupo 5+1.
Las continuas declaraciones de Trump contra Irán llevan como objetivo preparar a la opinión pública para la posibilidad de cancelar este acuerdo. Los países del Golfo Árabe en especial Arabia Saudita se sintieron traicionados y en peligro cuando el expresidente Obama firmó en julio del 2015 este acuerdo con Irán. Estos países ven en la nueva administración norteamericana una oportunidad para retomar la campaña armamentista y aumentar la escalada mediática contra Irán y su “negativa” influencia en la región. Aunque actualmente no existe la posibilidad de un enfrentamiento militar con Irán pues estos países que abogan por cancelar el contrato están involucrados en la guerra de Siria y Yemen.
Las autoridades sauditas hicieron mucho hincapié en este misil de prueba iraní, otro que hundió un buque de guerra saudita cerca de las costas yemenitas y sobre otros que cayeron en territorio saudita, uno de los cuales, dijeron, iba dirigido a la Meca (ciudad sagrada de los musulmanes), algo que los huties yemenitas desmintieron totalmente. Sin embargo, no hicieron referencia al lanzamiento de un misil balístico de los rebeldes huties y su aliado el presidente derrocado Ali Abdalla Saleh en contra de una base militar saudí a sólo 40 km del oeste de Al Riad, la capital, porque saben lo caótico que sería hacer público que los misiles yemenitas pueden alcanzar su capital: los ciudadanos perderían la confianza y sentirían que la tan alabada Alianza de la Firmeza, que se firmó hace tres años y ha tenido un costo material y humano enorme, no está dando los resultados prometidos ni les ofrece ya protección.
Por otro lado Israel, que está desde el principio en contra del acuerdo entre las potencias con Irán, también encontró en Trump y su administración una oportunidad política que abrió el apetito del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, quien aprobó un proyecto de legalizar la construcción de colonias judías sobre propiedad privada palestina, desafiando así la resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU que considera que todas las colonias construidas en territorio palestino ocupado desde el año 1967, son ilegales, y por tanto “dando al traste” con la solución de Dos Estados.
Luego de la destrucción de los ejércitos de Irak, Siria y Egipto ahora es el turno de Irán. Así Israel y sus aliados declarados y los ocultos terminarán por extender sus garras sobre la región y sus riquezas. Pero en la historia de los pueblos siempre nacen sorpresas no calculadas…
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