Jordania enfrenta dos desafíos a la vez
en Ammán
Jordania se está preparando para dos batallas vitales para el país y para la nación árabe: una diplomática y una militar.
Amman está celebrando una serie de reuniones de carácter político- económicas con los gobiernos árabes con el objetivo de crear una base solida para celebrar la 28 Cumbre Árabe que está prevista para el 29 de marzo.
Esta cumbre tendría que adoptar las medidas adecuadas para recuperar la unidad de la nación árabe y librarla de las guerras y del terrorismo. El fracaso de esta cumbre llevaría consigo profundizar aun más la división entre los árabes y de seguro sería la última conferencia que se celebraría como nación, sin mencionar la inmediata disolución de la Liga Árabe. Es, sin duda, un desafío muy serio para la diplomacia jordana.
El otro desafío es de carácter militar y tiene que ver con el conflicto sirio. Según expertos todo indica que la próxima batalla tendrá lugar en el sur de Siria, luego de concluir con la batalla del Al Bab por el norte cerca de la frontera con Turquía. A esta batalla unos la llamaron la Nueva Madre de las Batallas, pero para mi modesta opinión la batalla de Daraa es la decisiva.
Las derrotas continuas que sufre el EI en Irak y Siria le ha obligado a dirigirse hacia el sur del país. Es muy posible que Damasco y sus aliados planificaron la contraofensiva de esta manera para conducir a los grupos terroristas hacia los alrededores de Daraa o sea hacia el sensible triangulo sirio-jordano-israelí con la tención de involucrar a estos países de forma directa en la eliminación de los terroristas. Nadie se siente seguro teniendo terroristas cerca de sus fronteras…
Urge crear una coordinación profunda entre Estados Unidos y Rusia antes, durante y después de la batalla de Daraa. Nadie niega que es muy importante y a la vez muy complicado llegar a una ecuación que involucre a enemigos acérrimos –las fuerzas apoyadas por Irán, Hezbolla y el ejército del régimen, los grupos terroristas EI y Al Nusra y el ejército Israelí– en una zona geográfica limitada. Cualquier mal entendido entre las fuerzas pro-sirias e israelíes desataría una guerra regional, por lo tanto los rusos y los estadounidenses serían los responsables de marcar el límite a sus aliados y darles el margen de maniobra a cada uno, impidiendo que se estalle una guerra en la región de incalculables consecuencias.
Tener a Irak y a Siria de vecinos para Jordania es muy importante la seguridad de sus fronteras, por lo que desde hace tiempo observa lo que está ocurriendo en estos países y trata de prever que sucederá en la batalla de Daraa y cuál sería el objetivo verdadero de los casi seguros vencedores. ¿Será crear una zona segura? Y de ser así, bajo qué condiciones y qué papel desempeñaría. Hay muchas interrogantes… pero hay confianza en que los lideres jordanos lo harán bien.
nizardana.razon@gmail.com
Twitter:@NizarRazon