La crónica de la renuncia anunciada de Carlos Joaquin

La crónica de la renuncia anunciada de Carlos Joaquin
Por:
  • guillermo_vazquez_handall

Nunca se trato de adivinanzas, de actos de prestidigitación, los pronósticos y la certeza respecto de la salida de Carlos Joaquín del PRI, se fundamentaron siempre en dos aspectos, su comportamiento rupturista y la forma en que funcionan las cosas en ese partido.

En este espacio lo afirmamos categóricamente con muchos meses de anticipación, Carlos Joaquín no seria el candidato priista a la gubernatura, porque el mismo, nadie mas, se dedico afanosamente a romper, a desobedecer, a mantener una postura arrogante, contraria al dogma de institucionalidad que rige en ese partido.

De la misma forma en múltiples ocasiones, expusimos que aun siendo funcionario federal, estableció abiertamente relaciones con personajes rivales del régimen priista y partidos de oposición, todo con el objetivo de alcanzar la postulación a como diera lugar y donde fuera.

En tanto, aun sabiendo que no seria candidato y que daba curso a negociaciones con otras fuerzas, desarrollaba precampaña en la entidad, tratando de presionar una postulación por la fuerza.

Pero para ello, la estrategia le fallo porque no tenia, no tuvo nunca la fuerza para lograr el objetivo por esa vía, desafío y enfrento, quebranto las reglas, traiciono, así no había forma de que con ese comportamiento siquiera se le pudiera considerar.

El plan no podía funcionar, porque estaba viciado de origen, la jerarquía del PRI no podía aceptar y premiar este comportamiento, porque con ello se hubiera dado por sentado, la aceptación del chantaje como método de ascensión.

Su discurso se baso en la victimización, eso propicio que lograra un reducido numero de simpatías, que nunca preocuparon al partido, porque en la medición de su popularidad real, su eventual desprendimiento jamás significo un riesgo.

Aun así Carlos Joaquín dio rienda suelta a una comunicación oficiosa mediante la cual, sostenía tener línea directa con los Pinos, que seria impuesto candidato, engañando deliberadamente a sus seguidores.

Habrá que ver cuantos de ellos, seguirán apoyándolo una vez que se ha hecho oficial su renuncia al Revolucionario Institucional, sobre todo porque de quienes le siguen ahora, en su mayoría la mayor parte de ellos, ni siquiera lo conocían.

Los porcentajes de intención de voto a favor del PRI en Quintana Roo, se calcularon previamente considerando la certeza del desprendimiento de Carlos Joaquín, el resultado fue tan contundente que incluso eso limito los intentos de convencerlo de quedarse.

Quienes le rodean, al menos los políticos que lo hacen, son básicamente personajes que ya vieron pasar sus mejores tiempos, sin representatividad, otros tantos resentidos porque ya no ocupan posiciones de importancia y veían en el su única esperanza de recuperar privilegios.

Nunca se trato de un asunto de convicciones o del resultado de un liderazgo genuino, Carlos Joaquín no pudo convertirse en una opción real, por ello ni los números ni las presiones tuvieron eco, por el contrario el PRI tenia que dejar suficientemente claro que quien traiciona, con o sin renuncia esta fuera.

Es evidente que la aspiración de Carlos Joaquín, procede de una obsesión, no se puede entender que pretendiera ser candidato desafiando las normas, en todo caso es una combinación entre una ambición mal encauzada y una evidente carencia de talento y comprensión del formato.

La suya fue una apuesta temeraria, sin sentido, en la que mas que riesgos lo que le llevo a este resultado fueron sus propios errores, dos veces quiso imponer un derecho que no tenia y no le correspondía, nadie puede exigir como suyo lo que no le pertenece, no lo entendió o tal vez la arrogancia no le dejo ver el escenario real.

En principio se presume que será postulado por el PRD y seguramente intentara revivir una posible alianza con el PAN, sin embargo aun sumando el voto duro de ambas fuerzas, la perspectiva sugiere que eso no le alcance ni siquiera para llegar mas allá del segundo lugar.

Independientemente de ello, a partir de su renuncia al partido y su postulación por otro, ahora tendrá que explicarles a lo que quede de sus huestes, las razones de su decisión, porque aunque no lo acepte públicamente, a nadie le puede echar la culpa de los propios errores.

Habrá que ver cual será ahora su discurso, porque como opositor no le quedara mas remedio que atacar frontalmente a un régimen, al cual hace todavía unos días se debía y del que tantos beneficios recibió.

Porque en el análisis, los conceptos de oferta política de un opositor son señalar al partido al que se pretende derrotar, al que apenas unas semanas defendía y eso naturalmente pone en entredicho no solo el aspecto ideológico, las convicciones, sino la veracidad de la intención.

Una vez descartado el mito fantasioso de la imposición, de la intervención de su familia en su favor, que básicamente era el argumento que le sostenía, Carlos Joaquín tendrá que hacer frente a su realidad.

Una realidad en la que lo que se ve, con los antecedentes y la plena confirmación de la falta de apoyo del que tanto presumía, por supuesto se anticipa muy cuesta arriba.

Twitter: @vazquezhandall