La ética académica en la UNAM

La ética académica en la UNAM
Por:
  • larazon

Guillermo Hurtado

En un artículo anterior (“Los valores en la UNAM”, 12/08/2014) hice una crítica de la campaña de la UNAM para promover los valores (http://www.valor.unam.mx). En este artículo me ocuparé de otra campaña de la UNAM, cuyo fin es fomentar la ética académica.

A diferencia de la primera, que está organizada por la Dirección General de Comunicación Social de la UNAM, la segunda está planeada por el Programa Universitario de Bioética, que depende de la Coordinación de Humanidades de la UNAM. Uno pensaría que por ello, la segunda campaña tendría mayor nivel conceptual, pero no es así.

El sitio web de la campaña de ética académica (http://www.eticaacademica.unam.mx) se ocupa primordialmente del tema del plagio. La página apenas dedica unas líneas a la cuestión ética, es decir, a la pregunta de por qué es malo plagiar. La mayor parte del sitio consiste en una serie de instrucciones muy rudimentarias para evitar caer en plagios. Entre estas recomendaciones están las de usar comillas y poner referencias bibliográficas, prácticas que uno supondría tendrían que ser conocidas por todos los estudiantes. La idea que parece subyacer es que para no plagiar hay que saber investigar correctamente. Pero este presupuesto pasa de largo los casos de aquellos individuos que sí saben investigar, que saben cómo usar las comillas, y que, sin embargo, plagian de manera artera. La página incluye una sección llamada “Velo en perspectiva” que tiene una serie de materiales gráficos que se pueden imprimir, como carteles, postales y separadores de libros. Los separadores, adornados con dibujitos, tienen los siguientes mensajes: “Reconoce el mérito de los autores originales citándolos”, “Saber cómo estructurar es aprender a no plagiar” y “Saber cómo investigar es aprender a no plagiar”. Me pregunto: ¿es así como los responsables de esta campaña pretenden que los universitarios reflexionen sobre la ética académica? ¿tan pobre opinión tienen de la inteligencia crítica de sus estudiantes?

Al igual que la campaña “Valores UNAM”, la de “Ética académica” es infantil (en el mal sentido de la palabra), superficial y no hace nada para propiciar una genuina reflexión sobre los temas abordados. Me preocupa que esta campaña dependa de un Programa Universitario en el que participan académicos de muy alto nivel, varios de ellos colegas y amigos míos. Estoy convencido de que ellos podrían contribuir de muchas maneras para mejorar sus contenidos. La ética académica es un campo de reflexión en el que se plantean muchos temas, no sólo el del plagio. Para entender por qué es malo plagiar, hay que preguntarse antes por el deber ser de las prácticas académicas. En pocas palabras, lo que hace falta es una meditación sobre la ética de la universidad. Sobre ello podrían decirse muchas cosas y, sobre todo, podría invitarse a la comunidad a que pensara sobre el tema de manera profunda y rigurosa, tal como se supone que se tiene que hacer en una institución de educación superior.

El problema, me parece, es que algunos funcionarios no han tomado con suficiente seriedad el tema de la ética universitaria. Tal parece que quisieran tapar el asunto con un par de campañas anodinas. Pero el problema es grave y profundo. Por ejemplo, ¿no es tiempo ya de modificar la legislación universitaria para penalizar de manera ejemplar el plagio? La formulación de un código de ética, como los hay en otras instituciones, de poco va a servir si no existen consecuencias para las malas conductas. Pero más allá de los códigos, lo que importa es la formación ética que reciban los alumnos y el ejemplo que den los profesores e investigadores. El campo de la ética universitaria es muy amplio y hay mucho por hacer dentro de la UNAM para acabar con el plagio y con otras situaciones como el acoso, la discriminación, la opacidad, el favoritismo, la arbitrariedad, la simulación, la corrupción, la codicia, el egoísmo, la politiquería y el autoritarismo. Una campaña de ética universitaria tiene que enfrentar la realidad y, por lo mismo, no puede dejar de ser autocrítica. Si amamos a la UNAM, tenemos que estar dispuestos a enfrentar sus errores, sus deficiencias, sus vicios. Una universidad debe ser un sitio en el que se privilegie la búsqueda de la verdad, aunque el resultado de esa búsqueda incomode.

guillermo.hurtado@3.80.3.65