La impermeabilidad del elector trumpista

La impermeabilidad del elector trumpista
Por:
  • leonardo-nunez

Esta semana se cumple el primer año después de que Donald Trump fue electo como presidente. A pesar de la vorágine que ha sido para la política norteamericana e internacional por su ruptura y amenaza para muchos de los equilibrios económicos, políticos y sociales, resulta preocupante que una buena parte del apoyo de su base electoral no se ha mermado.

Si revisamos la aprobación de Trump como promedio de todas las encuestas, desde que llegó hasta la Casa Blanca sus niveles han caído, pero no lo han hecho a una tasa anormal en comparación con sus predecesores. Al inicio de su administración, en promedio su aprobación se encontraba en 45.5%, mientras que, a la fecha, esa cifra se ubica en 37.8%; es decir, sólo ha perdido 7.7 puntos de aprobación. Obama era más popular en el mismo periodo que lleva Trump en el gobierno, con una aprobación promedio de 51.5%, pero ya había perdido 12.6 puntos desde el 64.1% con el que había arrancado su gestión.

Sin importar las investigaciones alrededor de él y su equipo por la posible colusión con Rusia; sus incesantes declaraciones xenófobas; la imposibilidad de impulsar ningún tema en el Congreso o la amenaza de lanzar al país a otro conflicto bélico, Trump ha mantenido su aprobación al punto que más de una tercera parte de los norteamericanos lo respaldan. Una buena parte de los electores parece ser impermeable ante cualquier nueva revelación del desastre que es Trump al frente del gobierno y no parecen dispuestos a cambiar de opinión.

Esta cerrazón ante algunos temas se hace autoevidente en episodios como la tragedia sucedida ayer, en la que al menos una veintena de personas perdieron la vida en un tiroteo en una iglesia en Texas. La violencia con armas de fuego en Estados Unidos es una realidad cotidiana, con el tiroteo de Las Vegas, en el que 58 personas murieron y más de 500 fueron lesionadas por una sola persona que disparó desde la altura, apenas a un mes de distancia. Sin embargo, las cifras son todavía más preocupantes: de acuerdo con la organización Gun Violence Archive, que lleva el seguimiento de la violencia con armas de fuego, en 2017 ha habido 307 tiroteos masivos (que definen como episodios en los que hay 4 o más personas heridas por balas), es decir, ha habido un tiroteo cada día. A pesar de ello, impulsar una modificación en las reglas alrededor de las armas, así sea en las reglas básicas para el control de la venta de las de asalto, es prácticamente imposible ante la posición inamovible de la Asociación Nacional del Rifle y de una buena parte de los norteamericanos que lo hacen muy costoso en términos políticos.

Al igual que en este tema, parece que una buena parte de los electores norteamericanos no está dispuesta a mover sus preferencias políticas a pesar de cualquier cantidad de muertos o de la pifia que sea Donald Trump como presidente. A un año de esas elecciones, es mucho lo que nos falta comprender sobre esa impermeabilidad ante los hechos.