La nueva cara del mundo

La nueva cara del mundo
Por:
  • montserrats-columnista

La última década marcó grandes movimientos políticos que han modificado —en algunos casos sorpresivamente— la cara de nuestro mundo. La geopolítica de la Europa Unificada, de los tratados comerciales, de la apertura de economías otrora cerradas y de la era Obama al mando de la principal potencia económica global tenía grandes promesas y sueños de integración que la recesión mundial, la corrupción en los sistemas y la falta de conexión entre los líderes con de sus respectivos pueblos han tirado por la borda.

La inestabilidad política desatada al este de las pacíficas e idealizadas fronteras europeas parecía un fenómeno aislado que pronto se extendió al norte de África y empezó a permear el mundo Occidental. La crisis económica demostró que el resurgimiento de fanatismos ideológicos, religiosos y/o nacionalistas no era ajeno al mundo pretendidamente “civilizado”; en definitiva, la falta de integración social en las sociedades supuestamente multiculturales demostró que la paz pende de un hilo cuando está apoyada en decretos y no en realidades humanas.

Los grupos dominantes y los ciudadanos educados, modernos, progresistas y liberales, pensaron que este fenómeno de protesta y retroceso a los nacionalismos contrarios a la apertura pretendida era pasajero, pero fue un error craso. La desintegración, el recelo, el miedo y el rencor pueden más y esto se demostró en sorpresivas votaciones como lo fueron la negativa de Colombia a la firma de la paz, el Brexit y la elección de Trump en Estados Unidos.

La tendencia es global y muestra dos fenómenos que, juntos, son dinamita pura: el rechazo rotundo al establish-ment y el miedo a la integración del diferente buscando regresar a la protección y anteposición de lo propio.

La votación en Italia, que ha llevado a la renuncia de Matteo Renzi, es una muestra más del fenómeno que pone en jaque la estructura de la Europa Unificada y de las relaciones internacionales. Estamos ante un cambio de paradigma que hay que aceptar.

Este año tendremos elecciones importantísimas que hay que mirar con nuevos ojos. Es un hecho la tendencia a la alza de la ultra derecha y tendremos que lidiar con esa nueva realidad.

En Alemania, Francia y en Holanda –países vitales para la estabilidad política de Europa y del mundo- las elecciones serán la clave para definir la nueva cara de nuestro siglo. Ya no podemos confiar en que el odio será derrotado por el sentido común. Las redes sociales y el sentimentalismo definen el rumbo. Es hora de cambiar la forma de hacer, ver y narrar la política para que las nuevas generaciones tomen decisiones informadas y para que la vieja guardia entienda que el mundo en el que vivió y creyó ya es cosa de los libros de historia.

msalomonf@gmail.com